Nuestra Última Oportunidad {Primera Parte}

Emil Tatcher

Llegué hace unos días a Sunny Hill, sin embargo, para mi suerte, Valery Morton, mi amiga de toda la vida, también se mudó al pueblo. Ella y yo nos conocimos en Georgia, donde yo nací y ella creció toda su vida, toda su familia es venezolana pero su padre y su madre se criaron aquí, en Estados Unidos.

Valery y yo nos conocimos gracias que nuestros padres trabajan juntos desde hace años, así que crecimos como hermanos, a pesar de que soy mayor a ella un año.

Entre a la universidad de Denver en la facultad de literatura, mi primer semestre empieza en cuatro días, es decir el 3 de agosto y por cercanía me mudé aquí, con Valery, no quería estar en Denver solo, así que con ayuda de mis padres pude comprar mi propia casa en Sunny Hill para poder empezar esta nueva etapa de mi vida.

En menos de una semana que llevo aquí, este pueblo me ha encantado, y sin Valery me vi obligado a socializar con más personas, entre ellos está Mia y Jules del café del pueblo, Christopher, Dominick y otro chico nuevo llamado David. Me la he pasado con ellos estos días y la verdad ha sido bastante divertido, y sorprendente, teniendo en cuenta que Christopher y Dominick con los típicos chicos populares, con los que por lo general no me llevo muy bien, pero en esta ocasión puedo decir que "no se puede juzgar un libro por su portada".

Hoy en la mañana Valery y su familia llegaron, lo cual fue genial porque esta noche podría asistir a la fiesta con ella.

Cuando eran ya pasadas las 9pm, fui a la casa de Valery a recogerla, me sorprendió ver que Gemma, su hermana mayor no quisiera ir, pero no le di relevancia.

Llegamos a la casa Morgan, que era la dirección que Christopher me había dado y esta no podía estar más llena. La fiesta había iniciado hacía menos de una hora y ya la mayoría de los allí presentes estaban totalmente ebrios.

Fuimos donde estaban Christopher, Dominick, David y tres chicos que me acababan de presentar, Claire, Luke y Nate el anfitrión de la fiesta, cuando estábamos hablando entre todos, algo llamó nuestra atención un grupo de seis chicas que se robaron más de una mirada, yo me fije en una de cabello castaño claro casi rubio y ojos de color café y tan claro que parecían mieles, llevaba un vestido de colores tierra sueltos que resaltaba su pálida piel, debía acercarme a esa chica, pero ella y sus amigas empezaron a bailar en la sala mientras bebían y hablaban entre ellas:

- ¿Cuál te gusto? - pregunto Valery

- ¿Qué?

- ¡Oh Vamos!, Emil, no les has quitado el ojo ni un segundo

- La del vestido de colores opacos

- Vaya, tenía razón...- dijo Valery con una sonrisa

- ¿De qué hablas?

- Ella es Lola, mi nueva vecina, apenas la conocí esta mañana, y de hecho cuando la vi lo primero que pensé es que era tu tipo

- ¿Tipo? yo no tengo un tipo

- Ja no me engañas.

- Es la verdad

- Bueno, si como digas. Mejor, ven, te la presento.

- ¿Qué? ¿estás loca?

- ¿Yo? sí, siempre lo he sido y siempre lo seré, ahora vamos

Sin duda alguna el alcohol empezaba a afectar a mi amiga, mentira, esa era la naturaleza de Valery, de todas formas, me vi obligado a dirigirme a la pista de baile improvisada, donde Lola había quedado sola, todas sus amigas se habían dispersado y ella estaba bailando en esa pista sin importarle las miradas... Vaya, realmente quería conocerla.