La cocina.

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Dream bajaba las escaleras mientras su cabeza comenzaba a hablarle de nuevo.

¿Está verdaderamente todo bien? ¿Se arregló todo? ¿No volverá a ocurrir?

Pero la pregunta que más rojo y extraño lo puso fue: ¿Me gusta George?

Pues Dream sabía algo, y es que le encantaba sentir a George cerca suyo, verlo sonreír, tocar su cabello, le gustaba ver cuando él mismo se acomodaba el cabello, sus manos, su boca, el calor que sentía cuando estaban con los cuerpos sin distancia alguna que los separe, le gustaba oírlo sentirse bien cuando lo acariciaba... Todo esto hacía que Dream colocara las piezas en su lugar, y el corto camino de la habitación hasta la cocina lo hizo investigarse a sí mismo hasta llegar a la conclusión de que sí, a él le gusta George.

-Clay Davidson. -pensó Dream antes de reírse de su propio chiste. -concéntrate, Clay, tienes que cocinar. -se digo a sí mismo sacudiendo su cabeza para despejarse de sus pensamientos.

Y puso manos a la obra.

George estaba aseándose en el baño, ahora no tenía tiempo de pensar en Dream o en lo que le había dicho recién. Ese día tenían que salir junto a Tommy, Tubbo, Wilbur, Niki, Ranboo y posiblemente el pesado de Eret. George y Dream les darían una gran sorpresa, cosa que planearon mientras iban de camino al departamento cuando Dream llegó. George tenía que pensar en todo. Qué les diría, cómo se presentarían, cómo haría para que nadie lo vea, ese tipo de cosas.

Mientras el agua caliente recorría el cuerpo de George, el estrés también lo hacía. Tenía miedo de que algo salga mal, y aparte de eso, de que actúen de manera sus-pechosa en frente de los chicos después de todo. -¿A quién engaño? Todos nos shippean, si sale una broma fuera de su lugar, creerán que es solamente un juego.

George comenzó a pensarlo otra vez mientras sus dedos se arrugaban por el agua:

-¿En que momento todo se volvió tan... diferente? No voy a dejar de decir que esto está mal. -pensaba en británico cerrando la ducha. -Ya cálmate, tal vez no es tan malo mientras nadie se entere... -pensó mientras tapaba su pequeño cuerpo blanco con una toalla y secaba su cabello con otra. -Y... sólo tal vez... podríamos disfrutarlo. -se dijo a sí mismo en pensamientos mientras se miraba en el espejo extrañado.

-Por Dios... besé un hombre... -susurró mientras tocaba su boca.

Luego de despejar su mente de lo que "no tenía tiempo para pensar" decidió vestirse rápido para bajar a la cocina. Este llevaba unos pantalones grises holgados y una camiseta rosada, en los pies, nada más que sus pantuflas.

Al llegar al final de las escaleras, el peli negro escuchó desde allí una cuchara de madera contra la olla, era Dream que al británico asomarse podía verlo cocinando. Dream estaba revolviendo los espaguetis, este llevaba puesto el traje de cocinero que George utilizó en un stream. Es curioso que le haya entrado, pero también tenía sentido, pues los botones que sujetaban su pecho estaban que se salían por lo ajustado que le quedaba al rubio.

Dream, mientras revolvía cuidadosamente los fideos, sintió algo por su espalda que lo hizo saltar del susto, George estalló en risas luego de haberle lanzado su gorro.

-Perdona, pero es que te faltaba el gorro de cheff -dijo este dejando dificultosamente de reír y sujetando su estómago.

-Ah, ¿te crees gracioso? -dijo Dream incorporándose mientras sus latidos bajaban su velocidad y se daba la vuelta para ver a George divertido.

-Pues... no, pero te la debía. -replicó cerrando los ojos con gestos de altanería.

-Qué rencorosa la señorita. -exclamó Dream mientras agarraba el gorro y lo dejaba sobre la mesa, y volvió a mirar su preparación. George sólo rió un poco más.

Sin máscaras ni lentes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora