¿Estamos bien? Estamos bien

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Despertaron los mejores amigos después de una noche de sueño reparador.

George estaba recién despierto, eran las 9:50 a.m., Dream ya se había levantado a las 8:00 a.m. por lo cual, no estaba más en la habitación.

-Mhm... --se quejó con voz ronca el pequeño George. -¿Dream...?

Dio una ojeada por toda la habitación pero Dream ya no se encontraba allí. Decidió entrar al baño y después ir a buscarlo.

Dream, mientras tanto, estaba en la cocina haciendo de las suyas. Un gran cocinero, poco él hablaba de eso. Que Sapnap prefiera ir a un McDonald's antes que la comida de Dream, no significa que este no sea un genio en la cocina.

Estaba preparando nada menos que cereales con leche.

Sí, para él mismo, pero para George, en forma de agradecimiento por tenerlo en su casa, decidió preparar algo especial que su mamá solía prepararle a Dream.

George entró al baño, y notó que había humedad, Dream se había bañado y cepillado aquí. Lo cual le hico acordar que debería hacer lo mismo. Eso hizo que Dream ganara más tiempo para terminar el desayuno.

Pasados unos 10 minutos, Dream subió las escaleras con una bandeja en la que habían waffles hechos con una receta especial. Una taza de café batido como solo Dream sabe hacer.

-¡George! --Llamó Dream pensando que lo encontraría aún durmiendo.

-¿Sí? --Gritó el otro cortando el agua de la ducha.

-Oh se está duchando. --susurró. -¡Nada! Sigue bañándote.

Dream, luego de dejar muy cuidadosamente el desayuno en la mesa de luz de George de forma simétrica para que sea perfecto, se acostó en su cama y sacó su teléfono.

George terminó unos 3 minutos después y salió de allí con unos shorts y una camiseta azul. El cabello empapado y una cara seria, necesitaba reírse un poco.

-¡Buenos días!

-¡Buenos dí...! Eso es...

-Para ti. --dijo orgulloso el rubio.

-Wow... ¡Dream! ¡Eso se ve delicioso!

-¿Qué puedo decir? Mi madre me enseñó bien.

-Oye, gracias, en serio. -dijo George con un tono más suave acercándose a Dream para darle un cálido abrazo. Este soltó su teléfono, y desde su cama lo abrazó muy fuerte.

-No es nada. --suspiró grave.

Luego de eso, George comió el desayuno sin dejar ningún momento de decir que estaba sabroso, que era lo mejor que había probado y tal.

-Creo que nunca volveré a disfrutar un desayuno así.

-Oh, ya basta, George, haces que me sonroje.

-Eso es normal.

-Muy gracioso, británico estúpido.

Hablaron por unas cuantas horas hasta que se hicieron las 11:00 a.m.

-Y ¿Qué hacemos hoy? --preguntó alegre George.

-¿Hacemos el picnic?

-¡Excelente! ¿Qué te parece si vamos a las 3:00?

-¡Me parece una gran idea!

¡Por fin tenían un plan! Ese día, no habría lluvia ni demasiado calor, el clima perfecto.

-Oye... acaba de decirme Eret que, como se está quedando por aquí, irás a visitarlo...

-¡Sí! Pensaba ir mañana a la tarde.

Sin máscaras ni lentes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora