Pastillas para el dolor de cabeza

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La luz estaba resplandeciente por la ventana de la habitación de George quemando sus ojos y haciéndolo despertar con pesar.

-Oh... Dios... -se quejó mientras estiraba sus brazos e intentaba abrir lentamente sus ojos para que el sol no se los deje ciegos... al menos, no más de lo que ya estaban. El pequeño se sentó en su cama mirando sus zapatos a la distancia sin nada en la cabeza, por lo menos hasta que recordó algo.

-¿Dream? -dijo George con la voz tan ronca, que pudo sentir su garganta arder al decir su nombre. -¿Qué pasó anoche? -se preguntó esta vez para sí mismo. -¡¡Dream!! -gritó más fuerte y se sobó la garganta después por el tremendo dolor que le causó. -Mierda.

El pequeño tomó su teléfono que estaba a un costado y se percató de algo; estaba usando pijamas. No recordaba ni en qué momento llegó, ¿Cómo se había puesto los pijamas? Ignorando eso, desbloqueó su teléfono para ver que eran ya las 12:35 del medio día.

-Por Dios... -entré en coma...

El pequeño revisó su buzón de entrada de mensajes para ver si encontraba algo de contexto de lo ocurrido anoche, aún así, ninguno era de los chicos de la fiesta de anoche.

Al no tener más alternativas, se levantó perezoso de su cama tirando las sábanas en el piso y se acercó al baño para ver si no escuchaba a Dream allí o algo por el estilo. Al no escuchar nada, solo entró al baño para asear su boca y cara.

-Oh... por... Dios... -dijo George haciendo una mueca de repugnancia al ver su imagen sucia y desaliñada. Tenía el cabello esparcido por toda la cara y con algún que otro mechón pegado a ella. Notó que sí logró por lo menos ponerse su pijama para dormir, era un logro. -¡¿Qué es esto?! -se preguntó a sí mismo girando su cuello percatándose de una mancha casi negra an su costado. -¿Es un moretón? -preguntó pero sin darle más importancia, comenzó a lavarse los dientes luego de sentir su propio aliento a alcohol.

-Dream, ¿dónde estás? -George mandó un mensaje de voz al rubio pero luego de enviarlo, vio que su última conexión había sido a las 2:00 a.m. de esa madrugada.

El pequeño, se bañó para quitarse el terrible dolor de cabeza que estaba a punto de dejarlo inconsciente. Sabía que el alcohol podía afectarlo bastante, pero, ¿Cuánto había tomado ese día para que le doliera tanto la cabeza y su aliento siguiera oliendo a él?

De repente el británico cerró de un golpe la canilla acordándose vagamente de algo de la noche anterior; esa marca no era un moretón, el causante era Dream. ¡Lo hizo en una fiesta llena de gente! ¡Le dejó un chupetón!

-Ay no... ¡¿Qué pasó anoche?! -el peli negro comenzó a preocuparse apresuradamente.

Se secó el agua que restaba en su cuerpo en carrerilla y se puso lo primero que encontró; un Jersey, unos pantalones holgados grises y unos tenis que tenía tirados por allí y tomó su teléfono.

-¿Mhm...? -se quejó el Dream. -¿Quién llama a estas horas? -agregó suponiendo que era aún de mañana. -¿George? Momento... ¿Dónde estoy? -se dijo a sí mismo mirando por toda la habitación donde se encontraba. Sin mucho más, atendió el teléfono con una voz muy ronca.-¿George?

-¡¡Por fin atiendes!!

-¡Mierda! ¡No grites, mi cabeza está por reventar! -regañó el rubio.

-¡¿Dónde estás?!

-Ah... no tengo id... -Dream se interrumpió a sí mismo al ver que del otro lado de la habitación estaban los 3 menores durmiendo muy profundamente. -Ahm... en lo de Tubbo, probablemente.

-¿Probab...? ¡Agh! ¡No importa!

-¿No te gusto despertar sin mí a tu lado? -jugó Dream y el otro se sobresaltó.

Sin máscaras ni lentes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora