Sin máscaras ni lentes.

Cuando se te cierra una puerta, Eret te abre una ventana

-¡Muévete! -Susurró Tommy.

-¡Muévete tú!

-Si no querías dormir así, hubieras dormido en la sala.

-¡La sala es del perro! -susurró Luka empujando los largas piernas de Tommy.

-¡Cállense los dos! -susurro esta vez Tubbo. -Todo esto es para proteger a Ranboo de lo que sea capaz Luka. -agregó tensando a la pareja.

-¡¿Yo qué?! -preguntó Luka indignado. -si supieran que de los dos el peligroso es Ranboo.

-¡¡Luka!! -gritó Ranboo y Tommy y Tubbo estallaron en risas.

-Ok. Suficiente. Arréglense para encajar en la misma cama.

-Es fácil decirlo si duermes sólo. -le respondió Tommy a Tubbo mientras miraba con odio a quien estaba a su lado.

Estos cuatro muchachos durmieron como pudieron. Estaban cansados pues el viaje en tren fue agotador.

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-¿Y esa sonrisa? -preguntó Niki perversa, quien estaba volviendo a su casa junto a Eret.

-Oh Niki... -dijo el del cabello esponjoso. -quiero que veas mi brazo.

Niki se asomó para ver qué había allí.

-Pero... no hay nada...

-Baja la manga, cabeza de nabo. -dijo Eret.

Niki rió y bajando la manga vio algo escrito, era un número de teléfono. La muchacha tomó aire sorprendida y boquiabierta miraba pervertida al piloto.

-¡¿De quién es, estúpida?! -preguntó pícara.

-¿Viste el stream de George en el que se cortaron el cabello?

-Ajá... -dijo Niki esperando a que este continúe. Más después lo pensó un poco más, y recordó a quien en realidad era el protagonista del stream. -Oh por Dios ¡¿Tienes en número del peluquero?!

-Así es, mi querida Niki.

-¡¡Por Dios!! ¡Te envidio! -dijo Niki divertida y Eret no paraba de sonreír. -¿Cómo lo conseguiste?

-Antes de salir, cuando tú estabas hablando por teléfono en el callejón, me encontró y fue algo... mágico...

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Niki me miraba atenta mientras yo recordaba.

-minutos antes-

Yo estaba recostado por mi auto, estaba aburrido viendo a todos lados en busca de algo que me entretenga durante la larga llamada de Niki.

De repente, y luego de varios minutos, fue cuando me notifique de un muchacho que de al en la salida del edificio de George. Un muchacho grande y muy atractivo.

No podía despegar los ojos de él pues trataba de ver cada maldita facción de este. Tenía los brazos tatuados, una camisa remangada y estaba pisoteando un cigarrillo.

No fue hasta que vi su rostro que me di cuenta de dos cosas; una, me estaba viendo divertido pues se dio cuenta de que me lo estaba comiendo con la mirada. Y dos, era ese sexy peluquero italiano de George.

Me puse totalmente rojo y comencé a temblar pero traté de disimular lo más que pude. Al cruzar miradas, este tenía una sonrisa de lado y una ceja enarcada. Yo no aparte mi vista de los ojos de este, y es más; lo miré de pies a cabeza para ver cuál era su reacción.

Reacción que fue inmediata pues, acto seguido, se acercó a mí.

Esto fue muy gracioso y todo pasó muy rápido.

Se acercó a mí mientras yo me aseguraba de que Niki siguiera en la llamada. Al darme de nuevo vuelta hacia él, estaba a muy pocos centímetros de mí.

Sacó una pluma de no sé dónde, y extendió su mano. Yo entendí al instante, y posé mi mano sobre la suya.

Tomó la punta de mi manga para arrastrarla hasta mi codo de una manera tan erótica que se seguía le pediría que me saque toda la ropa ahí mismo.

Y comenzó a escribir.

Lo hacía lentamente y su caligrafía era de otro mundo, yo lo miré mientras lo hacía y contemplaba otra vez su rostro.

Al terminar de escribir el último número, me miró y me guiñó un ojo.

-Un placer. -dijo con ese maravilloso acento y besó mi mano.

Salió de allí y se subió a un auto muy lujoso, aunque debo decir que por todo lo anterior, eso era lo de menos.

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Niki quedó boquiabierta cuando Eret terminaba de contarlo todo.

-¡¡Por Dios!! ¡¡Qué sueño!! -gritó emocionada.

-¡¡Lo sé!! -gritó Eret aún más emocionado.

Ambos reían mientras citaban cosas sobre ese guapo peluquero.

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-¿Nick? -dijo Karl quien estaba mirando por el ventanal melancólico. Sapnap estaba sentado por el ancho borde de esa ventana.

-¿Karl?

-No quiero que te vayas. -dijo triste y con la cabeza baja.

Sapnap soltó un profundo suspiro.

-Yo tampoco... -dijo dejando un silencio algo largo entre ambos. -nunca creí... que diría esto pero -decía Sapnap mirando hacia otro lado como mecanismo de defensa a la mirada de Karl que lo único que lograba era ponerlo nervioso. -voy a extrañar...

-¿...me?

-Sí, pero... -decía Sapnap algo molesto pues lo tenía ya la en la punta de la lengua. -Voy a extrañar...

-¿...La compañía? Patches es un buen compañero.

-¡No es eso! -dijo molesto de nuevo. Le estaba costando más de lo que esperaba.

-¿Qué vas a extrañar, Nick?

Sapnap tomó un profundo aire y soltó un fuerte suspiro. Seguía con la cabeza mirando hacia una pared de la oscura habitación.

-Esto. -dijo apuntándose a sí mismo y a quien tenía a su lado. Karl sonrió levemente.

-Lo hubieras dicho antes. -dijo Karl dándose la vuelta y sentándose al lado del avergonzado Sapnap.

-¿Por qué? ¿Hubieras considerado ir conmigo?

-No, pero quería oírlo hace mucho. -dijo Karl y Sapnap se ruboizó.

-¿Hay algo más que quieras oír?

-¿Hay algo más que quieras decir?

-...

Sapnap quedó en silencio mirando aún a la nada mientras Karl tenía su mirada en él y se entretenía viendo su linda barba que ocultaba la rojiza piel del otro.

-Me gusta...

Karl se paralizó, su corazón comenzó a latir a mil por hora y sus manos temblaban como nunca antes.

Sapnap guardó silencio de nuevo y cerró con fuerza sus puños por decepción de sí mismo. Karl vio eso, sonrió de nuevo.

Karl estaba muy orgulloso de que el otro quisiera decirlo. Y que lo haya intentado.

El más alto suspiró y tomó la quijada de Sapnap para voltearla hacia él.

-Me gustas, Nick.

Sapnap se quedó viendo a los ojos de Karl quieto y sin dar señales de vida. Su corazón era esta vez el que latía a toda velocidad y su cuerpo entero estaba inquieto.

Miró a los labios del más alto, y sin mucho más le dio un tierno pico fugaz. De los nervios no podría hacer mucho más.

-Me gustas, Karl. -dijo Sapnap de manera adulta. Aún sin abrir los ojos. Karl sonrió ampliamente.

-Es lo que más esperaba escuchar.