Si acepto, ¿Seré tuyo?

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El viaje fue algo raro... Dream y George iban atrás mientras Ranboo iba al lado de Eret. Los de en frente charlaban de cualquier cosa mientras a los de atrás se les venían vagos recuerdos de lo de la noche anterior.

Dream miró a George, quien estaba con las piernas juntas y las manos sobre ellas. Una pose que, para alguien que no es tonto con el lenguaje corporal, sabría que es de incomodidad.

El rubio miró raro a George, pues no parecía demasiado cómodo.

-Eret. Disculpa -Dream interrumpió la conversación de Eret y Ranboo. George lo miró curioso. -¿Tus ventanas son polarizadas?

-Todas y cada una de ellas, baby. ¿Por qué?

-Genial, sólo -Dream dijo y tomó del hombro a George para atraerlo hacia él y abrazarlo. -necesitaba saber.

Eret miró por el pequeño espejo retrovisor a estos dos abrazados. George miraba raro a Dream y Dream miraba hacia la calle. Eret sonrió, y mandó el espejo retrovisor hacia el otro lado para que se sintieran más cómodos mientras él charlaba con Ranboo. Todo un héroe.

-¿Qué pasa? -dijo George recostado en el hombro del menor.

-Dímelo tú, ¿Por qué te ves tan incómodo?

-¿Porque estamos en un auto ajeno?

-Es Eret, George. No pasa nada.

-Sigue siendo ajen... -Dream interrumpió al mayor con un nuevo beso.

-Cállate, me estresas. -susurró el menor y volvió a mirar a la calle.

George rió rodando los ojos. Dream siempre sabía cómo hacerlo reír.

La mano del peli negro estaba sobre una de las piernas del rubio, y la movió con cuidado sobre la entrepierna.

Cuando el rubio se notificó y se dio la vuelta para mirar para abajo, lo esperaba George para besarlo de nuevo. Movió de nuevo su mano a su pierna y sonrió en su boca.

-Te la creíste, amor. -dijo George diciendo la palabra "amor" con un tono agudo y un acento exagerado. Dream se rió del británico.

Llegaron los chicos al callejón que era camino hacia el portal del escondite secreto. Las hojas que rodeaban aquel portón eran más frondosas y se enredaron más con el antiguo picaporte oxidado.
George iba en frente del grupo de amigos. Todos veían el callejón con nostalgia. Nada había cambiado.

-Aww... aquí sigue la rata muerta. -dijo Tubbo apuntando al suelo. Niki, Wilbur y Jack se exaltaron.

-¡¿Qué rata?! -gritó Jack.

-Te la creíste. -rió Tubbo.

-Oh por el amor de... -suspiró Manifold.

-Está viva. -agregó Tubbo.

Jack miró rápidamente a donde apuntaba el más bajo y de hecho sí había una inofensiva rata al lado en un contenedor. Se asustó y abrazó con todas sus fuerzas a Ranboo.

-Santa m...

-¿Te dan miedo las ratas? -preguntó Ranboo apresado contra Jack.

-¡¿A ti no?! -Preguntó temblando.

-Nunca dije eso. Me aterran. Pero te ves más valiente que yo. -esto tranquilizó y de hecho hizo reír a Jack.

-Ok, ¿Podemos entrar ya? Tengo miedo de que salga otro roedor con rabia o algo. -bromeó Niki.

-Está... muy duro... -se quejó George tratando de abrir la puerta. Parecía peor atascada que la última vez.

-Déjame ayudarte, Gogy. -dijo Tommy. Se acercó el flacucho a ayudar al otro flacucho. Por más intentos que hicieron, ese portón no se dejaba abrir fácil.

Sin máscaras ni lentes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora