El niño enamorado

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Eran ya casi las 18:00 p.m., hora para reunirse.

Cada uno de los muchachos se preparaba en su hogar para ir al departamento de George.

Niki, Wilbur y Jack irían juntos en el automóvil del último. Eret iría sólo, y el trío en tren.

-Dream para... los chicos llegarán en cualquier momento. -dijo George tratando de hacer que las manos de Dream no llegaran a lugares muy comprometedores.

-Aún faltan 10 minutos... -dijo acercándose de nuevo a él mientras se acomodaba en el sillón. -no te preocupes, ¿sí?

Luego de decir esto, no fue George quien se entregó de nuevo al tacto de Dream, sino su cuerpo dirigido por sus hormonas, estaba ardiendo.

Estos dos llevaban posiblemente más de media hora besándose sin parar a menos que sea para respirar o decirse alguna que otra sentencia pícara.

Ambos estaban prendidos y ya se les hacía difícil despegarse.

-Dream, de verdad. Me estoy... excitando demasiado.

-Ugh... ¿y todavía dices eso? Sólo logras que quiera continuar. -replicó Dream. Más tomando la situación en serio, se apartó del pequeño y se acomodó a su lado.

-Uff... -suspiró el mayor cuando el otro se apartó. Se sentía libre y su cuerpo comenzaba a enfriarse. -¿Crees que ya está la comida?

-¡¡Mierda!! -gritó el rubio y fue corriendo hacia la cocina.

Había pizza, o un intento de ella. Pues Dream era excelente en la cocina, pero la pizza no era su fuerte.

-¿Está todo bien?

-Ah... ¿Te gustan tostadas?

-Maldita sea, Dream. -dijo George desde la sala riendo por sus abajos y se dirigió hacia donde este estaba.

-Descuida. Hay muchas más para meter al horno, yo me encargo. -dijo sobando el lomo de quien miraba decepcionado su pizza negra.

-Te lo agradezco. -dijo poniendo un puchero en el rostro y saliendo del camino para que el otro se encargue.

-Tú ve a buscar la película de Venom.

-A sus órdenes. -dijo Dream.

Al pasar por atrás de George, el rubio miró el trasero del británico, y sin algún tipo de vergüenza, le dio una pequeña nalgada en un arrebato de confianza.

George lo miró desconcertado y casi indignado, más el otro ya se iba a la sala sin mirar atrás.

-¡Qué homosexual eres!

-¡Lo sé! -gritó este desde la sala. -es que tienes un culo terriblemente grande. -bromeó sin poder aguantar la risa.

Desde la cocina, el avergonzado George escuchaba la risa de tetera del más alto mientras su cara se ponía cada vez más roja.

Luego de el último grito de Dream, se escucharon unos golpes en la puerta de George.

-¡Dream, fíjate quién es y ábrele la puerta! -gritó George.

-Voy. -dijo dirigiéndose a la puerta.

Al fijarse por la mirilla, Dream vio a una señorita de cabello largo y esponjoso, pero no era Niki.

-Ah... ¿George? -preguntó Dream asomándose por la cocina.

-¿Qué pasa?

-Hay una chica afuera, y no es Niki. -dijo este recostado por el marco de la puerta con los brazos cruzados.

Sin máscaras ni lentes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora