Sincereándonos

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Fui a la cocina después de una terrible noche de sueño nada reparador y desarreglo como nunca. Lo único que hice fue lavarme los dientes y mirarme al espejo con asco.

Caminaba con desgano por los pasillos que llevaban a la cocina, y cuando vagamente dirigí mi mirada hacia donde se debía encontrar solamente Eret...

-Oh, buenos días, D... Diego. -inventó Eret y el de al lado me saludó sacudiendo su mano.

-¿Qué hace él aquí? -pregunté evadiendo el saludo de Eret, y sin nada de delicadeza apuntando a quien se encontraba a su lado.

Era ese estúpido peluquero de George.

Y estaba tan en la mierda y de tan mal humor que simplemente no tuve ganas de ser amable y fingir que me agrada su presencia.

-¡Diego! ¡Qué agresivo! Cálmate.

-Pregunté qué hace él aquí. -interrumpí a Eret molesto. No estaba pensando bien claro las cosas.

-Un gusto, Simeone. -se presentó él bajando del banco y pasándome su mano. Sabía llevar mejor la situación aunque me haya portado como un idiota, no me sorprendería que George lo elija a él antes que a mí.

Cuando estaba apunto de ignorarlo, Eret desde atrás me lanzó una mirada pidiéndome tal vez que me comporte, y que le pase mi mano. No tenía muchas opciones.

Tomé un gran aire, me sobé la cara y dije:

-Perdón, le pido mil disculpas. Me llamo Diego. -mentí tomando su enorme mano tatuada para estrecharla. -No he tenido una buena noche.

-La historia de todos mis días -dijo sonriente y apaciguado.

-Diego tiene sus días. -dijo Eret.

-Y lo entiendo perfectamente. -se encogió de brazos Simeone. -de todas formas, y aunque me hayas caído bien, Diego... -dijo mirándome a los ojos. -debo irme, hoy tendré mucho trabajo. -agregó poniéndose su chaqueta mientras se dirigía hacia donde estaba Eret.

Le dio un pico y yo quedé paralizado.

-Nos vemos. -le dijo Eret de forma pícara mirando a la boca de Simeone.

-Ciao. -le susurró este. -adiós, Diego. -dijo mientras se dirigía a la salida.

Yo asentí con la cabeza con una sonrisa rara y salió del departamento.

Miré a Eret pidiendo cualquier tipo válido de contexto mientras este tranquilamente miraba su teléfono.

-¡Ahem! -exclamé y me miró. -¿Contexto, por favor?

-Oh, ¡Estamos saliendo! ¿No es genial?

-¡¿Qué?! ¡¿Desde cuándo?

-Una semana, aproximadamente. -respondió orgulloso.

-¿No me lo contaste antes? Y no, ¡No es genial! Ese tipo fue el que le coqueteó y le pasó su número a George!

-Oh, ¿De verdad? -preguntó sin darle demasiada importancia. -No me sorprende, George es lindo y él sólo buscaba algo casual. Pero al parecer... yo lo enamoré. -alardeó Eret encogiéndose en brazos.

-¿Algo casual? ¿Crees que intentaba tener algo casual con George?

-Es lo más probable.

-Pobre idiota. -sonreí sin vergüenza. Eret me miró divertido.

-Aunque entiendo que te haya puesto celoso y no te haya caído del todo bien a la primera... -decía Eret mientras llevaba sus cosas a lavar. -deberías disimular tu rechazo la próxima vez.

Sin máscaras ni lentes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora