Como una cita

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-¿Aún te duele mucho?

-No lo preguntes en un tono tan fuerte.

-Sólo me preocupaba, señor gruñón.

-Dream... ¿Qué haremos si me reconocen y salen rumores de que eres... pues... Dream?

-Pues... dirás que soy tu novio o algo sencillo, sin decir que soy Clay.

George se exaltó y su cara se volvió totalmente roja.

-¡¿Qué dices, idiota?!

-¿No te parece una idea genial?

-Me parece que no te tomas nada en serio, Clay.

-¡Clay! -Remedó Dream. -¡No tomas nada en serio CLAY! -George rió.

Estos dos, recorrieron una linda plaza que no era muy frecuentada a las horas de la media mañana. Como salieron una hora después de desayunar, tenían tiempo antes de que se hiciera medio día.

Los muchachos llegaron a un rincón del parque en el que habían cerezos japoneses, sauces llorones y un hermoso estanque cristalino.

-Es un lugar hermoso, ¿No crees?

-Lo es. -respondió George mirando al estanque mientras una pequeña rana se atravesaba en su camino. -¡Mira esa rana! -George señaló. Y Dream rió al ver lo tierno que se veía George actuando como un niño que recién salía de su casa.

-¿Nunca viste una rana?

-¡Siempre arruinas todo con tu... seriedad! -George rodó los ojos.

-¿No que yo era el inmaduro?

-¡También! -George se encogió en brazos. -Tienes una combinación que no podría explicar... por eso eres mi amigo. -Dream sonrió malicioso dejando un silencio raro. -... sí, dije amigo.

Dream rió por sus abajos.

Los minutos se sentían como segundos.

-¿Para cuándo un buen corte de cabello? -preguntó el más alto revolviendo la larga cabellera de George.

-No lo sé. -respondió George sin molestarse. -pero este mes lo haré.

-¡¿Qué?! -preguntó Dream indignado soltando la cabeza del peli negro.

-¿Qué? -Contraatacó confuso.

-¿Te lo cortarás en serio?

-Pues... ya casi no veo de él. -respondió inocente. -además, gracias a los edits me doy cuenta de que no dejo de acomodármelo. -Dream volvió a sonreír y ambos rieron.

-¡Pero te queda muy bonito así!

-Pero... espera... ¿De verdad?

-Sí, se siente lindo por mi cara cuando me besas. -Dream se acercó tanto a George como para incomodarlo.

George lo apartó con un golpe en el pecho.

-Sin dudas me lo cortaré. -agregó George mientras el otro sobaba su pecho y se quejaba.

-¡Es tan fácil de ponerte nervioso!

-No significa que no sea más fácil ponerte nervioso a ti.

-¿Eh? ¿A qué te refieres?

-A que sé que apenas lleguemos de nuevo a casa, vas a querer desvestirme como el pervertido que eres. Y yo no me negaré. -George susurró a un tono que pudo escuchar el rubio. Dream sintió desde escalofríos hasta la piel de gallina en menos de un segundo. Su nariz estaba por sangrar.

-Ok... -dijo con dificultad para hablar de los nervios. -tal vez tengas razón. -agregó y el ego de George subió hasta las nubes.

-...

Sin máscaras ni lentes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora