La Princesa Dream

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George y Dream salieron luego de unos minutos en la ducha. Dejarse llevar no era una opción, pues llegaban más tarde de lo que preferirían.

George estaba en busca de una camiseta cualquiera y sus pantalones negros de corderoi.

Dream, estaba sentado en la cama secando su cabello con la toalla mientras estaba en calzones. No parecía muy apresurado, pues se quedaba viendo una cosa en la esquina de la habitación muy atentamente.

-Dream -le llamó el pequeño George. -Debemos irnos.

Dream miró apenas a George porque había interrumpido sus pensamientos.

-¿Perdona? -preguntó Dream.

George estaba de verdad apurado, pero al notar lo concentrado que estaba Dream viendo lo que sea que estaba viendo y pensando lo que sea que estaba pensando, notó que era por el déficit.

George tomó un aire profundo y con calma volvió a decir lo más tranquilo posible:

-Que por favor te vistas, porque tenemos que irnos. -le dijo paciente. -Ya estarde.

-Oh, claro. -Dream rió. -No tardo. -agregó y dando una sacudida más a su cabello con la toalla se dispuso a vestirse.

George sonrió a la obediencia inmediata de Dream.

No tardaron mucho más en vestirse, tomaron las llaves y fue Dream quien los transportó hasta la casa de Tubbo.

En el camino, George se durmió. Estaba en el asiento del copiloto, por lo que Dream se percato al instante. Este estaba con la boca entreabierta y parecía muy profundamente dormido.

Llegaron a un semáforo, y fue cuando Dream aprovechó para reclinar el asiento de George para que se acomode. Tenía tiempo suficiente.

Bajó lentamente el asiento y George solo soltó un quejido pero no despertó del todo. Dream, luego de bajar el asiento, miró a George con una sonrisa y le revolvió lentamente el cabello antes de avanzar de nuevo.

En menos de una hora, estos dos habían llegado. Los demás habían dejado de esperar desde hace media hora.

-Lo sentimos muchísimo. -le dijo George a Tubbo arreglando su desordenado cabello al llegar. Dream venía atrás guardando las llaves del auto en su bolsillo.

-¡Hey! -saludó Dream alegre.

-Por fin llegan. -bromeó Tubbo, quien no le daba demasiada importancia a la inpuntualidad de este dúo. -creímos que no vendrían. -se apartó para dejarlos pasar.

-Sí, yo también. -dijo George mirando con falso odio a Dream. Este se ruborizó.

-Es que me distraigo fácil. -replicó Dream. Tubbo asintió, cerró la puerta y los llevó hasta la sala.

Iban tranquilos por el pasillo, como siempre, sin poder evitar ojear todo lo que lo adornaba.

-¿Cómo está tu madre, Tubbo? -preguntó Dream amable. George se intrigó.

-Oh, bien, ya sabes -decía el pequeño. -Extrañandote. -bromeó, pues estos nunca se habían visto antes en realidad.

-¿A Dream? -preguntó George metiendo su cuchara. -¿Por qué extrañaría a Clay? -dijo usando el nombre "Clay". Dream se extrañó.

-Es una broma interna. -dijo Tubbo. George rodó los ojos riendo. Aún así, seguía curioso.

-¡Mira quiénes llegaron! -exclamó Ranboo abriendo los brazos en el aire. Los que estaban en la ronda apartaron la vista de sus teléfonos para ver quienes eran.

-¡Buenas noches! -dijo Wilbur de la misma manera alegre. Todo rieron.

-Perdonen, es que Dream se tarda mucho antes de salir. -dijo George sentándose junto a Niki en un sillón y le pasó el puño.

Sin máscaras ni lentes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora