Si se les da, no lo pienses tanto

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Los amigos intercambiaban bromas y risas mientras el ambiente era completado por las baladas que tocaba Wilbur calmado con su guitarra y el sonido de los autos que andaban por la ciudad. De a ratos tarareaban algunas que otras músicas. Cuando el hambre los atacó, eran ya las 18:30 y sacaron los snaks que llevaban en sus mochilas, los pusieron todos juntos sobre un mantel y comenzaron a disfrutar sin tardar. Dream estaba pasando uno de sus mejores días. No muchos sabían esto, pero la ilusión que tenía Dream para tener una juntada con sus verdaderos amigos en la vida real llevaba años formándose.

-Hey... -le dijo George mientras todos charlaban entre sí, despejándo a Dream de sus pensamientos. -¿Cómo la estás pasando? -Dream le dirigió la mirada.

-De puta madre. -Susurró este sonriendo de lado.

-¡Lenguaje! -le susurró también. Dream rió.

-¿Y tú? No has hablado casi nada hoy. -decía Dream algo preocupado pues lo acababa de notar. -¿O sueles ser así cuando hay más gente?

-¿Yo? ¡Estoy genial! Sólo que me gusta verte hablar con ellos y...

-¿Te gusta verme? -preguntó Dream enarcando una ceja mirando de forma burlona a George. Este calló y lo fulminó con una mirada que decía "¿En serio?".

-¡¿Cómo?! -preguntó Jack quien estaba al otro lado de la ronda. -¡¿Dream?! -agregó Jack con una sonrisa sospechosa debajo de su tapabocas. Dream sólo comenzó a reír a carcajadas viendo cómo a George le incomodaba ligeramente la situación.

-¿Qué pasó? -preguntó Tommy metiéndose a la conversación.

-Nada, nada. -respondió rápido George para que no se alargara el chiste.

-Claro, Te conviene, ¿No, George?

-¡Jack! -exclamó George sonriendo nervioso y tornándose su color de piel ligeramente rojo. Jack sólo rió y dejaron la broma de lado.

Dream, sonriendo, miró de vuelta a George quien lo estaba regalando de nuevo una mirada asesina.

-Casi me matas de la vergüenza.

-Como si fuera que es lo peor que te dije. -sonrió aún más el pervertido rubio. George se tensó pensando en una frase que no se le borraría fácil de la cabeza; "Mueve tus caderas para mí, George". Y sin darse cuenta su cara estaba en un tono rojo que podría combinar tranquilamente con su sangre. Entonces, George sólo giró su mirada a otra parte aún muy nervioso.

-¿Crees que ahí pasa algo? -bromeó Tubbo notando el silencio que guardaba Ranboo, aparte de una que otra carcajada. -Oye... te estoy hablando.

-¿Perdona?

-Dije: ¿Crees que George es gay?

-Oh... Ahm... -decía Ranboo jugando con sus guantes como si de repente fueran lo más interesante del universo. -claro, supongo.

-Ok, a ti te pasa algo-dijo Tubbo dirigiendo su cuerpo entero hacia Ranboo. -, y yo quiero saber qué es. -terminó cruzando sus brazos como un niño berrinchudo.

-¿A mí? -Ranboo rió amigablemente. -No me pasa nada, ¿por qué lo dices?

-¿Hola? Porque primero, llegaste después de nosotros a la terraza...

-Bueno, les dije que me esperaran. -dijo Ranboo encogiéndose en hombros.

-Oh... en ese caso, lo siento mucho.

-Nah, está bien, me acostumbro.

-Pues... otra cosa, cuando llegaste parecías distraído y comenzaste a tartamudear como si tu vida dependiera de eso.

Sin máscaras ni lentes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora