Lily fue el primer amor de James, pero Layra Nott fue la persona quien le enseñó que es el amor y que este puede doler.
Layra Nott dedicó toda su vida a cuidar de los demás aunque todos crean lo contrario. Layra es la única que sabe la verdad detrás...
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1 de septiembre de 1971
Layra veía como todos los padres se despedían de sus hijos con un caluroso abrazo y unos hasta lloraban enserio se debe sentir bien esos abrazos pensó, volteo a ver a sus padres su mirada fría te hacía temblar, su elegante postura y sus expresiones solo mostraban un línea de disgusto suavemente dibujada en su boca y entrecejo.
-Layra es hora de que subas al tren no se te olvide escribirnos en que casa quedaste y recuerda no juntarte con sangre sucias - Menciono mi padre con una voz firme y autoritaria.
No pudo ni siquiera despedirme de ellos, ya estaban muy animados hablando con los Black, tomo su equipaje y busco un vagón este estaba vacío hasta que llegaron dos personas, una niña que parecía de sus misma edad al igual que el niño, la niña iba muy alegre, con una sonrisa adornando su rostro, sus ojos parecían esmeraldas tenían su mismo color y brillo, el cabello era como el fuego y los más bellos atardeceres que ha visto, mientras que el niño era más callado y reservado tenía una cara de seriedad y su pelo era negro, un poco grasoso y caía como cortinas por su cara.
-Soy Lily Evans un gusto y él es Severus Snape -
-Layra Nott un gusto - Les dedico el mejor saludo posible junto con una sonrisa y un movimiento de cabeza que parecía más una extraña mueca, se escuchó que la puerta se abrió los tres voltearon y vieron un niño con unos anteojos, tenía una mirada traviesa y una gran sonrisa, justo detrás de él estaba Sirius Black, se miraba más feliz que de costumbre y bueno ella también lo estaba, estar en sus casas era como estar en el mismísimo infierno, los dos entraron como pedro por su casa y ambos se presentaron.
-James Potter - él se quedó mirando sobre todo a Lily parecía una estatua daba miedo hasta cierto punto Lily solo se rio nerviosamente y sus mejillas se sonrojaron.
-Sirius Black, es un placer conocerlas señoritas - cogió la mano de Lily y de Layra, dejo un beso en esta, Sirius y ella se conocen desde que tienen memoria y ella sabe que es muy coqueto y alguien muy travieso por lo tanto se ha llevado muchos castigos no es de extrañarse que sea todo un alborotador, cada uno se presentó pero la tensión seguía en el aire hasta que alguien decidió romperla.
-Y en que casa les gustaría quedar a mi Gryffindor la casa de los valientes y fuertes, es la mejor mis padres estuvieron en esta - Potter lo único que hizo es que Sirius y Layra se tensaran, Sirius tan solo susurro un sí y movió la cabeza, mientras que Layra permanecía callada.
-No sé, en la que quede está bien leí muchos libros sobre cada una y todas me parecen muy interesantes - respondió Lily y ahí me di de cuenta de que ella era hija de muggles si fuera mestiza o sangre pura tendría cierto predilecto por una de las casa y las palabras de mi padre retumbaron en mi cabeza "recuerda no juntarte con sangre sucias".
-A mí me gustaría estar en Slytherin los más grandes magos son de esa casa por lo tanto es la mejor de todas - Severus lo dijo con tanta determinación que Layra no dudo en que seguramente quedaría en esta hasta se comporta como sus padres pero Potter exploto en risas al escuchar lo que Severus dijo.
-Querrás decir que es la peor casa de todas, no han escuchado que todos los malos magos vienen de esa casa, les aseguro que hasta la persona con lo más mínimo de sentido común odiaría estar en Slytherin - dijo Potter con una sonrisa de superioridad y un destello de fastidio y burla hacia Severus.
El ambiente se volvió tenso, Lily y Severus salieron del compartimiento sin antes darle una mirada llena de disgusto a Potter, pero pareciera que Potter estaba hechizado ni siquiera se movía solo tenía un estúpida sonrisa y miraba por donde se fue la pelirroja.
Todo el viaje Layra escucho como hablaban Sirius y James de lo increíble que será Hogwarts sacando miles de hipótesis pero ninguna se acercaba ni un poco a como verdaderamente era el castillo solo se podía describir con una palabra era simplemente mágico.
El gran he castillo imponente castillo, el que sería hogar de Layra y muchos más, el lugar en donde vivirían sus más grandes alegrías, daría comienzo y final a sus más grandes amarguras, la luna se podía ver reflejada en el lago y las estrellas brillaban e iluminaban el castillo, era como estar despierto en un sueño.
Se bajaron del tren y a subieron a unos botes en el cual se subieron dos niñas una era de tez blanca y cabello rubio y la otra de tez morena y cabello rizado castaño oscuro las dos se miraban muy amables.
-Marlene McKinnon y Dorcas Meadowes-se presentaron ambas con una sonrisa que era imposible que no te la contagiaran
-Layra Nott - las tres de repente soltaron la risa – espero que quedemos en la misma casa - ambas asintieron, estas chicas son agradables, por lo que se mis padres no me pondrían problemas con ellas pensó Layra.
