Duele

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Capítulo 38

Duele

Cumplí 16 años hoy los cumplía y aunque no era la mejor forma de celebrarlos ni las condiciones era lo que tenía, prendí la vela de mi muffin era tan fuerte y luminosa.

-Feliz cumpleaños... A mí – dije en un susurro reteniendo las lágrimas que picaban en mis ojos.

-Deseo que... deseo poder ser feliz – dije riéndome de mi misma parecía una niña pequeña.

29 de diciembre 1975

Mi cuerpo dolía, mis sabanas estaban un poco manchadas de sangre y el ardor de mis heridas era irritable, tenía leves moretones en mi cuerpo, mis ojos rojos he hinchados parecían inyectados de sangre debido a la falta de sueño.

Calíope se acercó rápidamente y parecía que lloraría.

-Señorita Layra pero ¿Qué le han hecho sus padres? – toco suavemente mi rostro haciendo que ardiera aún más.

-Solo fue un entrenamiento un poco duro nada de qué preocuparse – le dije mientras trataba de pararme.

-Alístame la bañera y lo de siempre – ella se retiró con un chasquido mientras yo trataba de pararme.

Me mire frente al espejo, mi piel estaba pintada con destellos morados y leves líneas rojas, mi rostro era una mierda, mis ojeras estaban remarcadas y mi mejilla al igual que mi labio con una herida, me sumergí en la bañera, solté un chillido al sentir el agua entrar a mis heridas.

Tome un paño y lo llene de alcohol, las lágrimas corrían al igual que la sangre, la bañera estaba teñida de un leve rojo, ayer era mi cumpleaños y solo fue un duro entrenamiento recuerdo las palabras de ambos.

"Como es tu cumpleaños tendrás una sorpresa"

La sorpresa fue que era un entrenamiento más duro el doble de la sesión, no tenía idea como no había estado al borde de la locura, tantos crucios a cualquiera lo volverían loco, había perdido la cuenta desde que empecé a ver la sangre traspasar mi ropa.

Me vende mi estómago, al igual que mi pierna izquierda eran las que tenían más heridas y estaba peor.

Era la hora de la cena y teníamos que comer juntos, todos estamos callados hasta que sentí una leve punzada en me cabeza.

-¿Layra que ocultas? – pregunto mi padre en tono serio.

-Eso a ti no te incumbe, me entrenaste para esto para no dejar que nadie lea mis pensamientos ahora deja de tratar – le dije en un tono duro.

-No me hables así, estas siendo una maleducad, estas teniendo las mismas actitudes de Sirius – su voz era dura y con un tono de enojo.

-Discúlpate Layra – la voz de mi madre lo único que hizo fue que mi irritabilidad saliera a la luz.

-Lo siento, padre– le dije en un tono sarcástico y de asco.

-Esta no es la Layra que yo crie, compórtate – dijo mi madre dando una palmada a la mesa.

Di un respingo y los mire ambos tenían ese semblante de enojo, me dispuse a comer en silencio mientras ellos solo se dedicaban a hablar solos.

Subí a mi habitación, pensé en lo que dijo era verdad yo había cambiado pero ellos también.

Mis heridas ardían pero no solo las físicas, estaba tan agotada mentalmente que dolía.

Un nuevo infierno había empezado y aunque era casi imperceptible para muchos para mí ya era una realidad una de la que no odia escapar, el encabezado del profeta lo decía todo.

Red De Mentiras-James PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora