Red De Mentiras-James Potter

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Capítulo 30

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Por fin había terminado lo mas fastidioso ahora solo me dedicaba a saludar a los invitados y preguntarles como están, salude a los Black y a los McKinnon a lo lejos vi a la familia de James, la señora Euphemia le quitaba algo del cabello a James mientras este se quejaba.

-Buenas noches, ¿Cómo se encuentran? – pregunte sonriéndoles y estrechando sus manos pero al parecer no fue suficiente y ellos me abrazaron lo recibí gustosa.
-Estamos bien cariño es muy linda tu casa, feliz cumpleaños te vez encantadora – dijo la señora Potter.
-Oh, gracias espero que disfruten la noche si tienen alguna duda sobre algo solo llámenme y se las solucionare – les dije con una sonrisa.
-Gracias Layra, deberías estar más con tus amigos y disfrutar en vez de estar charlando con unos viejos como nosotros – dijo el señor Potter mientras empujaba a James y se alejaban dejándonos a solas.

James tenía esa singular sonrisa encantadora tomo mi mano y me guio hacia el patio trasero que según había entendido estaba prohibido para los invitados.

-Sé que yo no debería pasar por aquí pero te vez un poco tensa e incómoda, así que pensé que lo mejor que podía hacer era sacarte un rato de ahí – dijo mientras levantaba sus hombros.
-Si es un poco estresante – el silencio no era del todo incómodo.
-¿De dónde viene tu nombre? – dijo James rompiendo ese silencio.
-Mi familia se lleva muy bien con los Black sobre todo mi madre con Walburga, ellos tienen una tradición que es ponerle a sus hijos nombres de estrellas –
-¿Entonces tu nombre es el de una estrella? – dijo desconcertado.
-Sí y no, mi nombre viene de Lyra la cual si es una estrella pero no les gustaba como sonaba así que decidieron cambiarlo un poco pero que siguiera manteniendo algo de relación con el universo por lo cual lo cambiaron a Layra que significa "nacida en la noche" o como ellos prefieren "nacida de las estrellas" – dije mientras miraba al cielo el viento era frio y más aun estando en invierno al parecer James lo noto y puso su saco encima de mis hombros.
-Es lindo, quería disculparme por lo que sucedió en la cafetería – dijo sonrojándose a lo que yo reí.
-No tienes por qué hacerlo es algo sin importancia -
-¿Puedo verlo? – pregunto señalando mi collar.
- Ya lo estás haciendo Potter – al escuchar mi comentario rodo los ojos haciéndome reír suavemente.
-Me gusta cuando estas así – dijo mientras tocaba el collar.
-¿Así como?-
-Cuando ríes sin pensarlo o sonríes tan genuinamente, menos rígida y más relajada como si fueras más tú, me agrada esta versión de ti y creo que es la auténtica Layra -
-Bueno disfrútala mientras puedas porque esta Layra no se puede ver todo el tiempo – dije mientras su mirada chocaba contra la mía.
-¿Y por qué no se puede ver todo el tiempo? – sus ojos buscaban todo detalle en mi pero me sentía expuesta como si quisiera ver mis pensamientos.
-Eso a ti no te incumbe -
-Si me incumbe porque me importas – dijo acercándose a mí.
-No tienes que fingir ser mi amigo solo porque lo eres de Sirius – quite mi mirada pero al contrario el tomo mi cara y me hizo mirarlo.
-Es de mala educación no mirar a los ojos cuando hablas con alguien –

Por un impulso que debí haber retenido, olvidado, parado, me acerque más a él, como si fuera un imán que me hacía pegarme a él, y realmente no quería que esto se sintiera así, pero sin pensarlo sus ojos azules resultaban atrayentes, sus ojos me daban paz todo el me daba tranquilidad esa tranquilidad que yo no tenía, su sonrisa me hacia sonreír, cada vez que hablaba le prestaba suma atención, cuando me abrazaba me sentía en casa como si nunca hubiera recibido un abrazo y estoy segura que he de estar loca pero ese sentimiento de que el mar se golpea contra mi pecho me gusta y más cuando este inunda todos mis sentidos y solo lo causa él.

Me gustaría mentirme una vez más diciendo que él no causaba ningún tipo de sentimiento romántico en mí, soy una buena mentirosa pero creo que esta mentira no la podría mantener mucho, pero me gustan los retos si quieren que en algo sea la mejor las mentiras serán algo en lo que siempre ganare.

-Creo que a ambos nos han educado de distinta forma – le dije acercándome aún más.

Sin pensarlo él estaba rozando mi nariz y yo no hacía nada por detenerlo.

-Me disculparas si lo hago – su respiración la sentía en mis labios.

-Te gusta ella... James no me confundas más por favor no lo hagas, no te mientas a ti mismo –

-Yo siempre digo la verdad Layra – dijo casi tocando mis labios.

-Pero yo no – y lo hice nuevamente un simple roce hacia su mejilla para después retirarme.

Todo había acabado y por fin pude quitarme todo de encima, mire el collar ahora estaba distinto la gota era más azul más intensa y había algo diminuto escrito en el o tal vez solo sea la falta de sueño o no lo había mirado tan a detalle como hoy.

Si me gustaba James pero no debía gustarme pero no eres dueño de nada a veces ni siquiera somos dueños de nuestras propias emociones, lo mejor fue lo que hice. James quería a Lily desde que la conoció sus ojos brillaban cuando la veía pero ella no miraba esos pequeños detalles tal vez algún día los observará.

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