Red De Mentiras-James Potter

¿Felicidad?

Capítulo 62

¿Felicidad?

-¡Layra se te va hacer tarde! – la voz de Miranda me llamaba.

-Si lo siento – repase mi atuendo y me cabello, ningún mecho estaba fuera de su lugar sonreí con suficiencia frente al espejo -¿Me veo bien?

-Siempre te ves bien – tomo mi cara entre sus manos y me dio una sonrisa.

-No me esperes, creo que me demorare – Miranda asintió y me despidió, las llamas me consumieron volví a tener equilibrio cuando sentí el piso sobre mis pies –Auch – me había pegado con el borde de la chimenea.

-Eso debió doler – hablo Peter estirando su mano para ayudarme.

-Peter – lo abrace con alegría – ¿Necesitan ayuda?

-James lo tiene todo bajo control – hablo este tomando un cigarrillo y llevándolo a sus labios.

-No fumes hoy es una noche especial –

-¿Cómo lo sabes? – alzo una ceja con intriga y solo alce los hombros.

-Intuición supongo –

James bajo de las escaleras con un traje negro, sus brazos se abrieron para recibirme en un abrazo –Layra me alegra que estés-

-Vamos dime – alce las cejas con entusiasmo -¿Cuál es esa gran noticia? –

-Eso es una sorpresa – me guiño el ojo y fue a abrir la puerta me asome por el pasillo y vi un gran ramo de flores ser entregado a este, creo que ya sé a qué viene todo esto.

Otro ruido se escuchó en la chimenea, Marlene y Dorcas habían llegado con unas sonrisas en sus caras.

-Llego por quien lloraban – hablo Marlene dejando su bolso en la mesa.

-¿Huele a.... flores? – Hablo Remus bajando las escaleras -¡Sirius tráeme mis píldoras para la alergia! – grito este.

-Péinate – señale su cabello con una sonrisa y este solo se sonrojo -¿Cómo va todo? –

-Bien demasiado bien para ser creíble solo que... – una fina lea se dibujó en su frente.

-¿Sirius? – trate de adivinar.

-Si es que... -

-Oye... ten paciencia con él, en realidad es una masita, tu y yo lo sabemos solo le tiene miedo... -  quede en blanco tratando de buscar la palabra adecuada.

-¿al compromiso? –

-Es más que eso Remus es miedo a que lo lastimen y no me refiero físicamente ustedes dos tienen los mismos miedos unos más fuertes que otros – trate de explicarme – tiene miedo de arruinar todo lo que han construido juntos –

-Gracias Layra... vamos – tomo mi brazo y me llevo a la cocina, salió de está dejándome a solas.

-Euphemia... - rasque mi cuello con nerviosismo, la última vez que la vi fue en la estación o la última vez que le hable fue cuando James y yo éramos novios.

-Layra es un gusto verte – me abrazo y dejo un beso sobre mi mejilla.

-Quería entregarte algo que te pertenece – busque entre mi cartera sacando la peineta que me había regalado –toma yo no lo puedo aceptar –

-Oh no, no, no – alejo sus manos – los regalos no se devuelven Layra si yo te di eso fue porque quería que lo tuvieras –

-Pero – me quede callada al verla cruzada de brazos.