Isabelle Lightwood

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Eran las diez de la noche y estaba en mi habitación limpiando mis cuchillas y era un silencio tan agradable que de un momento ya no estaba. Alguien entra a mi habitación violentamente y era Isabelle, que tenía sus cejas fruncidas y su cuerpo rígido.

— Que quieres — dije mirándola por unos segundos para luego dejar mi vista nuevamente en mi cuchillo.

— Por qué tan coqueta con la pelizorra — dijo Isabelle mientras caminaba hacia mí.

— Para tu información se llama Clary y lo segundo no le coqueteo y si no te acuerdas está saliendo con mi hermano. Si no tienes nada que hacer te pido que te retires — dije seria mientras caminaba hacia ella y la agarraba del brazo, pero ella enojada se retira e iba hablar, pero la voz de Simón nos interrumpe.

— Hay demonios que atacaron la iglesia y necesitan nuestra ayuda — dijo Simón mientras no quitaba su mirada en Isabelle.

Yo en silencio agarro mis cuchillos y salgo allí golpeando el hombro de Simón. Cuando estuvimos todos en la sala reunidos hacen un portal y nos trasladan en el sitio donde estaba el caos, había gente que salía asustada de la iglesia y sangre en sus ropas.

— ¡Ya saben que hacer! — dijo Jace mientras nos miraba a todos.

Simón, Isabelle y yo entramos a la iglesia y si afuera era un caos dentro era el doble. Cuerpos esparcidos por el suelo y había sangre que nos guiaba a una puerta e inmediatamente con Isabelle sacábamos nuestras armas mientras que Simón sacaba sus largos colmillos a la vista. Abro la puerta e inmediatamente iba atacar, pero nos llevaba a unas escaleras que estaban en círculos totalmente oscuro. En silencio con mi encendedor alumbró un poco más para luego empezar a bajar las escaleras, el encendedor no alumbraba mucho, pero en cuanto las escaleras se terminaron vemos muchas velas.

 En silencio con mi encendedor alumbró un poco más para luego empezar a bajar las escaleras, el encendedor no alumbraba mucho, pero en cuanto las escaleras se terminaron vemos muchas velas

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Eran una maldita secta, eran como 15 hombres alrededor y debo decir que se veían bastante aterradores.

— ¿Que vamos hacer? Son 15 contra 3 ¿y si esperamos a los chicos? — dijo Isabelle.

— A que lleguen ellos no sé qué saldrá de allí y mejor evitarlo y que más personas no mueran esta noche — dije guardando mi encendedor para luego sacar mis cuchillos.

En cuanto estoy detrás de uno de ellos y lo mató, todos giraron sus miradas e inmediatamente nos empezaron atacar. Uno toma la vela empieza atacar con el objeto, pero rápidamente le doy una patada al objetivo y sale volando, el demonio enojado iba atacarme, pero en un ágil movimiento lo apuñalo. Sigo matándolos sucesivamente llevando unos cinco de ellos a mi lista, pero justo iba a matar a uno cuando escucho el grito de dolor de Isabelle. Rápido giro mi vista y la veo en el suelo con mucha sangre a su alrededor y con un demonio de tres metros muchos más grande que ella. Enojada y preocupada a la vez le entierro el cuchillo en su cabeza al demonio que venía hacia mí para luego empezar a correr hasta ella. El gigante cuando me ve correr hacia el este agarra cualquier objeto a su alrededor para tirarme, pero fácilmente lo esquivo.

Doy un gran salto dejándome arriba de él y sin perder más tiempo le entierro el cuchillo una y otra vez hasta que agarra mi ropa y me tira hacia la pared pegándome en la cabeza. El gigante camina hasta Isabelle y la agarra del cuello gritando ella de dolor, estaba a punto de ponerme de pie, pero Simón se tira encima del cayendo Isabelle violentamente al suelo. Me arrastré hasta ella mientras que Simón peleaba con el gigante. Agarro su cabeza con mi mano y con la otra buscaba su runa de curación después de unos segundos la encuentro. Desesperada la tomo y la llevo a su abdomen viendo como la luz se encendía, pero no hacía nada.

— Por qué no funciona — dije golpeando el aparato, pero este se apaga.

Saco el mío de mi bolsillo y lo llevo a su herida, pero la herida no curaba. Veo a los chicos de reojo, pero antes que pudiera subir mi vista veo todo negro.

Famosas y Tu (one shots y imaginas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora