Llevaba una hora y media en el supermercado, Ana me había mandado a comprar y todo iba bien, escribí las cosas que me había pedido Ana pero ahora no entiendo mi letra. Tan siquiera entendiendo mi propia letra por estar tan apurada. Eso me pasa por escribir tan apurada, mi equipo de fútbol ya debe estar jugando en estos momentos y yo me estaba perdiendo el partido por escribir fatal.
Corro hacia mi auto con las compras en mis manos. Las dejo en la maletero y me subo, manejo lo más rápido ya que Ana debe estar esperándome.
— ¡Cariño llegue! — grité al entrar.
Veo a mi hija gatear por el piso sacándome una sonrisa pero la borro cuando veo la expresión de Ana.
— Te demoraste tres horas en comprar — comentó enojada.
— Fue una hora y media cariño, no les drama — dije dejando las compras en la mesa.
Ana suspira y empieza a ver lo que había comprado, movía mi pie nerviosa ya que la mirada que daba, me causaba miedo. Veo que mi hija quería estar conmigo así que la tomó y me siento en una de las sillas.
— ¿Es enserio? — preguntó Ana al ver que había en su manos, a su derecha había Albahaca y en la izquierda Cilantro.
— No sabia cual era cual así que traje las dos — contesté asintiendo.
Ana deja las cosas aún costado y saca dos leche. Leche de coco y leche de almendras.
— No entendía para nada mi letra así que traje las dos, además estaban en ofertas.
Ana suspiro ya rendida. Comienza a sacar las cosas y la mitad estaban buenas y otra mitad no tanto. Ana me dijo que me fuera ya que básicamente estaba estorbando así que con Valentine nos fuimos al comedor. Ya había perdido el partido así que solo coloco videos animados.
— A la mamá parece que le llegó — hablé mientras miraba a Valentine ya que escucho a Ana hablar sola y se escuchaba enojada.
— ¡Te escuche! — gritó la pelinegra.
Tomo a Valentine y camino hacia la chica que peleaba con su cabello. Dejo a mi hija en el suelo y camino hacia Ana, tomo el moño y comienzo hacerle una trenza. En cuanto termino de hacerle la trenza la hago girar, estaba estresada y lo sabía ya que venían mis padres a cenar. Básicamente mi familia no era pequeña, tenia cinco hermanos más así que esta noche iba ser un poco agitado.
— Quédate con Valentine y dense un baño relajante. Yo por mientras haré la comida — dije mirándola.
— No quiero que quemes las cosas — respondió negando.
— Que pasó Ana Valeria, ¿no tienes fe en mi? — pregunté sorprendida — Haces que mi corazón se rompa en mil pedazos por tus palabras —
Ana niega con la cabeza y deja sus manos en mis hombros.
— No quiero que quemes las cosas mi amor, es solo por eso — contestó.
— Debo confesarte algo — dije susurrando obteniendo la atención de ella completamente — ¿Te acuerdas la veces que iba a ver a mi familia? —
— Claro, ibas tres veces por semana — respondió asintiendo.
— Esas tres veces por semanas he ido a clases de cocina. Francisco Ruano me ha ayudado y a sido mi maestro.
Ana comienza a reír, como si la cosa más divertida y graciosas hubiera salido de mi boca. Yo me separó de Ana sin decir nada, la pelinegra va hacia Valentine que empezaba a llorar ligeramente. Tomó mi teléfono y llamo a Francisco por video llamada. Fueron unos segundos hasta que lo veo al otro lado.
¡Hernández como estas!
Al escuchar su voz se lo muestro a Ana, la pelinegra quedo boquiabierta dándome risa. Ellos hablaron unos cuantos minutos para luego cortar la llamada, ya que estaba muy ocupado.
— Perdóname cariño dude de ti — dijo besando mi labios.
— Ahora que sabes que soy un chef profesional como Francisco te pido que bañas a tomar un ducha relajante con Valentine.
— ¿Seguro? — yo solo rodeo los ojos en blanco por su respuesta — De acuerdo de acuerdo me voy —
En cuanto la veo caminar me coloco el delantal. Al perderla de vista trueno mis dedo y mi cuello.
— Es hora de la acción.
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Famosas y Tu (one shots y imaginas)
FanfictionOne shots o imaginas de diferentes famosas. Puedes ser lo que tu quieras ser: dijo Barbie.