Anastasia Karanikolaou

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— ¡Dímelo, porque estabas en la escena del crimen! ¿Tu lo mataste? — gritó la castaña enojada mientras me miraba fijamente.

— A ver muñeca, con que saco de matar a un policía. Que me beneficia eso — respondí viéndola.

— No lo se pero tu apellido Hernández no me ayuda mucho. Toda tu familia ha salido y a entrado en a la cárcel, por robo, peleas callejeras y por asesinato — dijo cruzando sus brazos.

— El pasado es el pasado Anastasia, si no tengo nada más que aportar me quiero ir.

— Te estaré vigilando Hernández — dijo la chica caminando hacia mi para luego sacarme las esposas.

Cuando estuvimos bastante cerca y mis manos estaban desatadas con una mano agarro su cintura y la acorraló con la mesa. La chica trataba de zafarse pero rápidamente me acerco a su oído, sintiendo su cuerpo tensarse por la cercanía de mi cuerpo.

— Tienes que tener cuidado castaña, están casando a los policías y no me gustaría que me llegara la noticia que fueras uno de ellos. Ya sabes mi número de teléfono, solo llámame cualquier cosa — susurré para luego separarme de ella y empezar a caminar afuera.

Cuando salgo de la comisaría veo una camioneta negra estacionarse enfrente de mi. Sale el hombre que estaba en el copiloto y me siento allí.

— Vamos donde Hunter, necesito hablar con el urgentemente — dije poniéndome el cinturón.

En todo el trayecto estuve pensando en la castaña de ojos esmeralda. La primera vez que la conocí fue cuando vino a mi restaurante por información, al principio no tenía ningún interés en ayudarla pero cuando insistió e insistió la ayudé. Estuve ayudándola a resolver las dudas que tenía, ella sabía todo de mi, lo de que mi familia era drogadicta y que estaba como en una pandilla.

Vendía armas ilegales en diferentes cuidad de Estados Unidos pero sobre todo en otras partes del mundo dándome una excelente suma de dinero y pudiendo abrir mi propio restaurante de comida.

— Llegamos — dijo el hombre aún lado.

Salimos de la camioneta y entramos al lugar, escuchaba los gritos de los hombre y de los pobres perritos cuando peleaban. Jamás me gustó esta maldita diversión, lo encontraba repulsivo y malévolo. Ignorando todo el ruido de mi alrededor subo por las escaleras mientras que mis hombres se quedaron abajo. Cuando entro a la oficina sin pedir permiso veo como tenían sexo en una mesa, estaban completamente desnudos viendo sus asquerosos cuerpos. Cuando me ven que estaba parado allí, los dos comienzan a vestirse rápidamente, como si hubieran visto al mismísimo diablo.

— Apúrate no tengo tiempo — dije viendo como el hombre se acercaba a Hunter y comenzaban a besarse.

— Llámame hermoso — comentó el hombre con una sonrisa para luego salir de la habitación.

— Deberías tocar cuando entres a la próxima — comentó Hunter pero cuando le doy una mirada para nada agradable me da un sonrisa fingida — O no lo hagas — dijo negando con su mano.

— Necesito que me informes porque están matando a los policías — dije cruzando mis brazos.

— Esto es Miami ________, dejan que mueran — respondió mientras se sentaba en la silla.

— Vamos Hunter no me hagas perder la paciencia — respondí haciendo el mismo gesto.

— Los policías andan cazando a la gente como nosotros Hernández. Cada bodega que descubren con cosas ilegales se meten y sacan todo, y las pandillas o hasta la mafia están enojado por esa situación es como especie de venganza — dijo Hunter indiferente.

— ¿Y cuando pretenden parar?

— Hasta que todos lo policías de Miami mueran.

Comienzo a mirar a un punto imaginario mientras escuchaba la respiración en la habitación y el sonido del reloj.

— ¿Te preocupas por ella cierto? — preguntó Hunter sacándome de mis pensamientos.

— No se dé lo que me estás hablando — dije negando.

— Anastasia Karanikolaou, la policía que ayudaste hace un año. No niegues que pasó algo entre ustedes, hasta puedo decir que te gusta — dijo levantando sus cejas.

— Como sabes todo eso — dije frunciendo mis cejas.

— Éramos mejores amigos Hernández y hablando de eso, se me olvidó porque dejamos de serlo — dijo confundido.

— Me intentaste matar cuando dormía — dije contestando.

— Verdad lo siento.

Iba a contestar pero mi teléfono suena de repente. Cuando lo saco y observo la pantalla salía el nombre de Anastasia de titular. Contesto y podía escuchar disparos y gritos al otro lado de la línea.

— ¡N- necesito tu ayuda estoy...... en la avenida 10 de Washington. Nos están dis...

— ¿Qué pasó? — preguntó Hunter a ver mi expresión de horror o preocupación la verdad no tengo ni idea que expresión tengo.

— Es Anastasia necesita ayuda.

Famosas y Tu (one shots y imaginas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora