— ¡Vamos dale un gancho¡ — gritamos al mismo tiempo con Travis.
— Pero es un idiota — habló mi suegro al ver que el luchador tan siquiera se defendía.
Alabama que se encontraba aún costado mío abrazándome por la cintura de repente me apreta. Bajo mi vista hacia la rubia y ella me miraba con esos ojos hermosos que tenía.
— ¿Qué pasó bebé? — pregunté.
— Voy al baño — contestó separándose de mi.
— ¿Quieres que te acompañemos? — preguntamos con Travis al mismo tiempo, Alabama nos da una sonrisa mientras negaba.
— No, está bien, solo iré al baño. No se preocupen por mi.
Nosotros asentimos con nuestra cabeza y Alabama deja un beso en mi mejilla para luego empezar a caminar.
— A veces pienso que te quiere más a ti que a mi — dijo en broma.
Yo solo suelto un carcajadas y veo que Alabama desaparece de nuestro campo de visión. Seguimos viendo la pelea y gritamos de emoción cuando veo que el queríamos que ganara, ganó. Todos empezaron a gritar de la emoción, mi vista se quedo en el peleador que se encontraba en el suelo casi inconsciente.
— Mira abajo — me habló Travis al apuntar a un lugar.
Haciendo casos a sus palabras bajo mi mirada y veo a Alabama conversar con un chico. Veía que la rubia quería irse de allí pero el chico no la dejaba tan siquiera respirar.
— Ese fue su ex novio, desde que el momento en el que lo conocí me cayó pésimo. No me gustaba como trataba a Alabama y menos cuando era agresivo con ella — me susurró, a lo que yo cruzó mis brazos.
Veo que la rubia apunta hacia nosotros y el chico se palidece completamente al vernos. Evidentemente nuestra expresión no era tan amigable así que el le da una sonrisa y se retira de allí. Alabama camina hacia nosotros con una sonrisa en su rostro, al llegar nosotros todavía teníamos nuestra expresiones.
— Vamos ya se fue — comentó mirándonos viceversa.
Nosotros asentimos por sus palabras. Cuando veo que la pelea había terminado recogimos nuestras cosas. Caminamos por el club hasta la salida, al llegar a la calle Travis se va a ver a su novia mientras que nosotros nos subimos al auto.
— Quiero comer algo — habló Alabama.
Yo doblo la esquina y justo estaba el McDonald's abierto. Estacionamos y bajamos, nos tomamos de la mano y entramos a la tienda que había unas cuantas personas allí. La rubia toma asiento mientras que pedía lo que queríamos, con Alabama pedimos mucha comida ya que no habíamos comido nada en todo el día. Básicamente teníamos solamente líquidos en nuestro estómago.
— Aquí tiene su cajita feliz — dije con una sonrisa, Alabama aplaude feliz mientras abria la caja.
Yo solo niego mientras la veía, a veces puede ser muy infantil pero me gustaba que sea así. De alguna manera me sentía como su guardaespaldas, me gustaba protegerla o cuando los hombres la miraban me gustaba rodear mi brazo en su hombro y que supieran que era mía.
— Cariño.
— ¿Sí? — contesté mirándola, viendo que tenía su mirada en mi.
— ¿Que te dijo padre? — preguntó llevando una papa a su boca.
— Nada — contesté negando.
— No me mientas. Yo se que te dijo algo, ya que al ver a Fabián siempre comenta algo de él. No le cae muy bien — dijo a lo que yo solo suspiro.
— Me dijo que no te trababa muy bien, su temperamento era muy agresivo y no le gustaba como te trataba a ti. ¿Te golpeo alguna vez? — pregunté tomando sus manos.
Ella suspira y toma mis manos. No llevaba mucho tiempo de relación con ella, llevábamos un año de novios y la verdad sus suegros me quieren mucho pero todavía no sabía muchas cosas de Alabama al igual que ella a mi.
— Lo conocí por unos amigos en común, al principio todo era perfecto. Me trataba bien y mis padres al principio lo querían, pero con el tiempo el empezó a tratarme mal. Era muy celoso, tan siquiera me dejaba ir con vestido cuando salíamos juntos. Cuando salía con mis amigas tenía que llamarlo en todo momento, tenía que decirle en donde estaba y que estaba haciendo — comentó mirándome a lo que yo asentía atenta a sus palabras.
— ¿Te toco?
Ella asiente y yo suspiro cerrando mis ojos.
— Un amigo me había llamado, siempre me decía bebé o mi amor y una vez él contesto la llamada y pensó que le estaba poniendo los cuernos. Me golpeó como si yo fuera un hombre, no pude visitar a mis padres por tres días ya que no quería que hubiera pelea y que mi papá fuera a la cárcel.
— ¿Nunca supieron la verdad?
— No, nunca le dije la verdad. No quiero que le digas, aunque haya pasado dos años no quiero que sepan.
Yo niego con mi cabeza.
— Sabes que nunca te trataré así ¿verdad? Nunca te tocaré, nunca te diré que ropa tienes que usar cada vez que salgas y menos te prohibire salir con tus amigas — dije apretando sus manos.
Ella asiente y besa mis manos.
— Nunca me diste miedo cariño, aunque tratas de enojarte me da ternura en vez de miedo así que nunca pensé de eso de ti — contestó sonriendo.
Yo trato de enojarme pero Alabama se inclina y besa mi mejilla y como no podia enojarme con ella se me sale una sonrisa. Era imposible enojarme con esta barbie humana.
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