— ¡Vamos vamos corre! — grité al ver esas cosas horrorosas detrás de nosotros.
Yo corro lo más rápido que pude, viendo un centro comercial a unos cuantos metros. Sadie trataba de correr pero viéndola de reojo sus energías empezaban agotarse. Veo que de repente empiezan a tirar piedras, no para nosotros sino hacia los zombis detrás de nosotros. Al llegar al centro comercial comenzamos a respirar, a regular nuestra respiración ya que sentía que mi corazón iba a salirse.
— ¿Están bien? — al escuchar una voz con Sadie nos giramos alarmadas, viendo a un chico de unos 20 años.
— Quién eres — pregunté bruscamente.
— Mi nombre es Alejandro ¿Y ustedes?
Estaba apunto de contestar pero Sadie se me adelanta.
— Me llamo Sadie y ella es __________.
El chico le da una sonrisa a la pelirroja pero estas ya las conocía. No era una sonrisa como desconocido, esta era una sonrisa coqueta. Hasta podía apostar que un jodido brillo hizo brillar sus dientes como todo un galán, y eso que estamos en medio del apocalispis. Se veía como un jodido súper modelo, en cambio yo estaba toda sucia.
— Tenemos un refugio, hay de todo allí y no estoy solamente yo. Hay más personas conmigo.
— Necesitamos un refugio y comida, asi que sería de mucha ayuda — respondió Sadie.
— Entonces vengan siganme.
Antes que Sadie pudiera avanzar la detengo.
— No me da buena espina ese chico — comenté negando — Estamos bien nosotras dos, podremos buscar comida y un refugio —
— No tenemos comida, no hemos comido en dos días. Estoy cansada y no quiero correr más ¿de acuerdo?
Yo solo ruedo los ojos y ella empieza a caminar. La sigo detrás de ella mientras veía como el chico hablaba con Sadie, hablaba solamente con ella. Como si yo fuera una maldita estatua, no me afecto mucho. Caminamos unos 5 minutos hasta que llegamos a una casa, al entrar veo que habían cinco personas más. Eran tres mujeres y dos hombres.
- Chicos, encontré a más personas. Ella es Sadie y ________.
Solo levanto mi cabeza en saludo, me dijeron que había ropa y las duchas funcionaban. Sadie se metió primero a la ducha para luego hacerlo yo, al salir la veo con ropa limpia. Camino hacia ella y rodeo mis manos en su cintura, comienzo a besar su mejilla viendo una sonrisa de su parte.
— No me gusta ese chico — comenté besando su mejilla para luego sentarme en la cama.
— Se me olvidó que eras blanca, ya sabes con esa capa de polvo que tenías en tu cara — habló sonriendo mientras se hacia una trenza.
Por su comentario solo saco mi lengua en respuesta. Con Sadie nos conocimos en la escuela, la chica era bastante reservada y no tenía amigos para nada. Desde que llegó a la escuela me gusto, me costó mucho que me tomara confianza y poco a poco la pude conquistar. Al principio solo éramos amigo, mis amigos se volvieron sus amigos y así fue hasta que le pedí que fuera mi novia y acepto.
— Yo creo que es lindo — habló de repente Sadie, yo subo mi mirada y entre cierro mis ojos.
— Repitelo — susurré seria.
Sadie me da una sonrisa y se acerca un poco hacia mi.
— Es lin - do.
Por sus palabras la agarró de la cintura y la empujo a la cama. Al caer arriba mío la hago girar escuchando su risa, comienzo hacerle cosquillas mientras pedía que no lo hiciera más.
— Retráctate pelirroja — dije sonriendo mientras no dejaba de hacerle cosquillas.
— ¡Me retracto, me retracto! — gritó apenas.
Yo con una sonrisa le dejo de hacer cosquillas, me apoyo con una mano mientras le saco el pelo que tenía en su rostro. La rubia tenía una sonrisa de oreja a oreja, de repente deja de sonreír a medida que me acercaba a ella. Cuando estábamos a escasos del uno al otro escucho la puerta ser tocada.
— Dejemos que se vayan — hablé mirándola, ella niega y me da un beso en la mejilla para luego caminar hacia la puerta.
Yo me giro y veo que era el chico.
— La comida está lista — habló mirando a la pelirroja, entre cierro mis ojos al ver que en ningún momento quitó su mirada en ella.
Solo le da una sonrisa y se gira. Sadie se da la vuelta y ve mi rostro. Camina hacia mi y sube su mirada, sabia que yo era cascarrabias y sabia que ella se había dado cuenta que ese chico la miraba de otra manera.
— Cambia esa cara y bajemos a comer ¿de acuerdo? — comentó dándome una sonrisa de niña pequeña.
— Esta bien — respondí asintiendo.
Bajamos juntas viendo a todos comiendo. Una chica me da un plato plástico y le doy las gracias. Veo que era arvejas y arroz, se notaba que eran en conservas pero a mi me gustaban y estos 2 semanas en apocalipisis era mi plato favorito.
— ¿Y en donde estaban cuando todo este lío ocurrió? — preguntó un chico que desconocía su nombre.
Sadie me mira y como no tenía intenciones de hablar ella lo hace.
— Estábamos en la escuela cuando ocurrió. Nuestros amigos..... no pudieron sobrevivir así que hemos estado solos por dos semanas — contestó Sadie.
Después de eso empezaron a hablar, yo solo hablaba con los demás mientras que Alejandro hablaba con Sadie. Me pongo de pie y voy al baño, una de las chicas me indica donde era. Al llegar hago mis necesidades y lavo mis manos, claramente el agua estaba muy contaminada y solamente era para lavarnos y bañarnos. Al salir escucho unas voces, sin hacer tanto ruido camino y veo a Sadie y Alejandro conversar.
— Estaba pensado si te gustaría dormir conmigo — dijo el chico.
— ¿Disculpa?
— Lo que escuchaste, si te gustaría dormir conmigo. Tengo la habitación preferencial y pensaba que tu y yo.....
— Tengo novia Alejandro y no se que dije o hice para generar esas ideas en tu cabeza. Solo te digo que la chica que está afuera te dará una paliza si sigues mirándome así y esta vez no la detendré.
¡Esa es mi chica!
— Esta bien esta bien, lo siento — habló levantando sus manos.
El chico comienza a irse viendo a Sadie suspirar. Sin decir nada camino hacia ella y la rodeó con mi manos asustandola.
— Te juro que iba a golpear a ese chico — susurré, viendo que su cuerpo se relaja al escuchar mi voz.
Sadie se gira y besa mis labios tomándome por sorpresa. Sin quedarme atrás le sigo el beso, nos fundimos en el beso hasta que nos quedamos sin respiración. Al separarme Sadie da un brinco y yo la agarro de sus glúteos.
— Vamos a dormir — habló mirándome.
— Lo que ordene la princesa — contesté sonriendo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
