— Yo pensaba que los Falcone no iban a regresar más — dije viendo a la castaña mientras se sentaba quedando enfrente de mi.
— Te equivocaste Maroni, los Falcone se apodaran de Gotham y los demás serán simples cucarachas en la cuidad — dijo con una pequeña sonrisa.
— Sigues siendo tan......mandona y egocéntrica — dije negando a medida que me ponía de pie y caminaba hacia ella.
— Estuvimos dos años juntos en esos años tuviste que ser muy ciega para no darte cuenta.
— No querida, no fui ciega solo ignoraba tu actitud y me quedaba con lo bueno que tenías — dije llevando mi índice a su barbilla.
— Solo te vengo a informar que tendrás dos semanas para irte de Gotham y si no lo haces matare a todos tus hombres y acabaré con el restaurante de tu padre — dijo seria.
Solo fueron segundos cuando sacó mi navaja y la llevo a su cuello. No tenía ninguna expresión solo tenía una maldita sonrisa y sabia que no me iba a asustar.
— No me vengas con tus juegos Sofía, si tocas tan siquiera una parte del restaurante de mi padre no dudaré en matar a Jim Gordon — dije mirándola, por unos segundos su expresión cambió por una de miedo pero después ya no lo tenía.
— Eres tan ilusa — dijo llevando su dedo a la daga para luego ponerse de pie y llevar sus manos a mi pecho, empezando acariciar con una sonrisa.
Llevo mi mirada a sus manos con una ceja levantada.
— Ese fue siempre tu problema ________, siempre quisiste ver el lado bueno de cada persona. Algo que no debería tener un mafioso — dijo separándose.
— Los tiempos cambian Falcone — dije levantando mis hombros.
— Así es, lo tiempos cambian así que tienes dos semanas para hacer lo que te dije. Oh adiós a tu restaurante — dijo con una sonrisa para luego empezar a caminar hacia la salida.
Cuando sale de la sala tomo el teléfono y marco a un número. Cuando escucho su voz al otro lado de la línea hablo.
— Oswald a llegado el momento.
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