[ JJK ] Blood Ink ✔️ TRADUCCIÓN AL ESPAÑOL

37: Anclas lejos

Los pasos de Jimin hacia la puerta se ahogan por el volumen de un torrente de lluvia.

Abre la puerta principal y suspira por el aguacero, observando la distancia desde la seguridad del interior de la casa hasta la puerta del coche que conduce.

"Perfecto," refunfuña con voz quejumbrosa. "No tengo suerte y todo está bien en el mundo."

Feliz de permanecer seca y caliente dentro, le tiendo lánguidamente un pequeño paraguas, colgándoselo de un dedo por la cuerda que lleva en el mango. "Toma. Lo he encontrado en el salón."

Me lo coge, con una expresión poco agradecida en su bonita cara, que hace que se le inflen las mejillas. "Vaya. Gracias."

Pulsa el botón y un paraguas de lunares rosas y amarillos se despliega en un círculo apenas lo suficientemente grande para cubrir su cabeza.

"Encantador," suspira, con una última mirada al mar de lluvia. "Bueno...anclas fuera, supongo."

Sus botas resuenan en el suelo de madera, saliendo al exterior en medio de la tormenta.

Luego se va.

El agua cae en una sábana pesada y densa que se traga a Jimin entero, junto con el brillante estallido de color que es su paraguas.

Me quedo en la puerta, contemplando la lúgubre escena anegada, y espero hasta que el sonido de un motor que arranca gruñe a través de los listones entre las rayas de la lluvia.

Una ráfaga de viento frío chilla hacia mi, trayendo consigo gotas de lluvia heladas. Con una mueca de dolor, cierro la puerta de nuevo y la bloqueo contra el ataque.

Puedo oír la lluvia que sigue golpeando el techo desde cualquier lugar de la casa. Normalmente, la lluvia hace que me sienta acogida y cálida en el interior, pero cuando estoy prácticamente sola en una casa oscura y desconocida, con suelos que hacen eco y rincones oscuros, parece más el escenario de una película de terror.

Me estremezco y enciendo todas las luces de la casa, excepto las de los dormitorios.

Mientras enciendo la última luz del pasillo, mi estómago empieza a rugir con fuerza.

Al menos ahora tengo comida.

Al asomarme a la habitación de Jungkook, veo que sigue durmiendo. Su forma de dormir no es la de una persona normal. La mayoría de la gente se da la vuelta de vez en cuando, moviendo las sábanas con el suave movimiento de la respiración del pecho.

Jungkook parece muerto.

No se mueve ni se desplaza, y las leves respiraciones que inflan su pecho son apenas perceptibles a menos que se mire con atención.

Diablos, tal vez esté muerto.

Una pequeña ráfaga de pánico inunda mi pecho, pero se apaga al instante cuando un pequeño ronquido corta el silencio de la habitación.

Mi estómago responde a su vez, gruñendo con fuerza de nuevo.

Supongo que es hora de comer.

Giro sobre mis talones y me dirijo a la cocina por el pasillo, con mis suaves pasos pisando ligeramente el suelo de madera, haciendo un eco solitario en toda la casa vacía.

La lluvia está pintando toda la ciudad de forma monótona en el exterior, y su constante repiqueteo contra el techo y las paredes, me hace sentir perezosa y desganada.

Lentamente, preparo dos sándwiches con algunas de las cosas que me dejó Jimin. Parece que tardo una eternidad en untar la mayonesa en el pan y en poner después la carne, el queso y las verduras. Mi cuerpo se mueve a paso de tortuga.