08: Trabajar en el Extranjero

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Jimin y Hoseok son tan alegres y divertidos que es casi imposible no divertirme con ellos.

Como los dos tienen un horario apretado con su descanso, me llevan a un pequeño restaurante cercano a la tienda y me invitan a una comida, que se hace infinitamente mejor por la compañía.

Hoseok, rebosa energía y optimismo. Si un humano pudiera representar con éxito al Conejo Energizer, Hoseok sería ese humano. Su risa, su sonrisa y su felicidad son tan contagiosas que no sé como fruncir el ceño en su presencia. Todo lo que puedo hacer es sonreír y reírme, reflejando el brillo de su propio carácter como la luna refleja el sol.

Jimin, por otro lado, es más dulce y encantador que su homólogo más alto. Cuando superas su coqueta coraza exterior, por muy gruesa que sea, es más dulce que cualquier ser humano que haya conocido. Se ríe de cada chiste que cuenta Hoseok, y nos alaga a mi y al mayor sin parar.

Para cuando los tres terminamos de comer, me encuentro de mejor humor de lo que he estado en meses, quizás años. Quizás en toda mi vida.

Hay algo en ellos que es tan carismático, tan encantador, que la persona con la que están hablando no puede evitar sentirse especial y cuidada.

Sin embargo, ese hermoso, alegre y asombroso estado de ánimo en el que estaba termina en el momento en que pongo un pie en la tienda de tatuajes.

Porque Jungkook se despide de Mina mientras sale por la puerta.

"Oh, genial," murmura Hoseok en voz baja con una maldición. "Perra en camino."

Mina, ahora vestida con ropas demasiado finas y ajustadas para ser apropiadas para el tiempo que hace, sale por la puerta moviendo las caderas, con tacones de stripper haciendo clic en el pavimento a cada paso.

"Ahí están mis chicos perdidos," comenta cuando Hoseok y Jimin aparecen. "Los he echado de menos."

Jimin agacha la cabeza detrás de mi, ocultando una mueca. La acción también deja a Hoseok para que se ocupe de ella.

"Mina. Veo que te vas," suspira Hoseok. Su sonrisa es tenue y falsa, no se acerca al resplandor de las auténticas. "Me alegro de verte. Adiós."

"¡Oye!" Mina le llama, pero Hoseok la ignora y empuja hacia el interior de la tienda, Jimin y yo le seguimos de cerca.

Dentro, Jungkook está apoyado en el mostrador con los brazos cruzados. En el momento en que la puerta se cierra detrás de nosotros tres, sus hombros se relajan y se encoge contra el mostrador.

El hombre va bien abrigado hoy, con vaqueros, botas y un jersey de punto por cable de color granate que hace juego con su reluciente pelo de ébano. La prenda de manga larga también sirve para tapar todos los tatuajes de sus brazos, dejando sólo una pizca de negro en la clavícula y el cuello, así como la cruz en la mejilla.

"Lo juro, me " gruñe Jungkook, apartando un poco de pelo negro de sus ojos. "Me hace falta todo lo que hay en mí para no sacarle los ojos a esa chica con mi pistola cuando entre."

Jimin tararea de acuerdo detrás de mi, despojándose de su abrigo para revelar una sudadera cremosa de color hueso debajo. Con un escalofrío, mira fijamente a la distancia. "Recuerdo mi primera vez tatuándola. Creo que en realidad trató de agarrar mi pe–"

"¡Ya basta!" Una voz cálida sale de la nada, cortando a Jimin en medio de su arriesgada frase. "Hay una maldita chica parada frente a ti, Park Jimin, ¿Y así es como vas a hablar?"

Todos damos la vuelta para ver el origen de la voz y nos quedamos boquiabiertos ante el hombre alto que está en la puerta, iluminado por el sol de la tarde.

[ JJK ] Blood Ink ✔️ TRADUCCIÓN AL ESPAÑOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora