[ JJK ] Blood Ink ✔️ TRADUCCIÓN AL ESPAÑOL

11: De un Vistazo

Estimada Kim ______,

Lamentamos informarle de que el puesto al que se ha presentado ha sido cubierto. Le agradecemos su solicitud.

¡Que tenga un buen día!

Desanimada, miro miserablemente el correo electrónico de rechazo del restaurante en el que solicité lavar platos.

Es el tercer rechazo de esta semana.

Kim, por supuesto, no es mi verdadero apellido, y no he incluido ninguna información personal en profundidad en las solicitudes, pero sigue siendo frustrante de todos modos.

Parece que nadie quiere contratar a una chica que no tiene experiencia ni está dispuesta a compartir información personal.

Puede que nunca encuentre un trabajo.

Ha pasado una semana y media desde la última vez que visité BB's, y es extraño lo mucho que deseo poder volver a entrar por la puerta y experimentar los amables ánimos del personal de allí.

Esos hombres se me pegaron en la mente como si fueran pegamento.

Sacudiendo la cabeza para alejar ese pensamiento, me levanto de mi viejo colchón y me dirijo a la pequeña cocina.

Desde antes, pequeños ruidos de hambre vibran en mi estómago. Hoy me he olvidado de almorzar, ya que estaba demasiado ocupada navegando por el trabajo.

Metiendo la cabeza en la fría plaza, gimo una vez más.

Nada.

La nevera está completamente vacía.

Miro el despertador digital de la encimera y muerdo mi labio en señal de contemplación.

Son casi las 9:00, pero me muero de hambre. Al lado del departamento, hay una tienda de conveniencia que no está muy lejos. Si voy rápido y me mantengo alerta, debería estar completamente bien.

Me doy unas palmaditas en el estómago para tranquilizarme mientras este se queja, y vuelvo a mi habitación para ponerme el abrigo y coger la cartera, y luego salir por la puerta.

El tiempo se ha vuelto progresivamente más frío en los últimos días, lo suficiente como para que pueda ver mi aliento. Dejo que las bocanadas de aire vaporoso floten delante mío mientras camino, manteniendo un ojo y un oído atentos a cualquier personaje sospechoso que esté al acecho.

Por suerte, llego a la tienda sin problemas.

Esta zona está más poblada y las aceras están iluminadas. La gente va de un lado a otro, lo que me tranquiliza en cierta manera.

Es un lugar seguro.

Cruzo la puerta de la tienda de conveniencia y empiezo a buscar en las estanterías algo bueno para comer. No hay nadie en el interior, excepto yo y él cajero de la entrada, mientras rebusco entre la selección de comidas preenvasadas, tazas de ramen y diversos aperitivos.

Estoy rebuscando entre los paquetes de papas fritas cuando suena el timbre de la puerta, alertando al personal de que ha entrado alguien más.

Levantando la vista casualmente, observo al nuevo cliente, un hombre de mediana edad con un mechón de pelo grueso.

Se me hiela la sangre.

No porque lo conozca, ni porque lleve algún tipo de arma, ni porque vaya vestido como un matón.

No.

Es porque, con una intensidad escalofriante, el hombre me mira fijamente, con sus ojos marrones oscurecidos por la malicia.