62: El Número Siete de la Suerte

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Jungkook sigue cogiendo mi mano.

Mi padre y Seoungmin no han sentido la necesidad de separarnos todavía, y me siento más aliviada de lo que las palabras pueden describir.

Debido al corte más estrecho de los pasillos del hotel, Yoongi ya no puede estar de pie junto a nosotros dos. Camina delante de mi, con un paso lento y despreocupado.

Va muy, muy lento, lo suficiente como para que incluso yo tenga que acortar mi paso para seguirle el ritmo.

Esto irrita a Seoungmin, ya que él y mi padre tienen que ralentizar el paso mientras mi Yoongi recorre los pasillos como si tuviera todo el tiempo del mundo.

"Tengo curiosidad," comenta Yoongi, acercándose a un cuadro del pasillo. Sus ojos parecen criticar intensamente las vibrantes salpicaduras de pintura azul y lavanda, pero se nota que no está pensando realmente en la pintura.

Aunque el pensamiento es inoportuno y está fuera de lugar, me siento un poco orgullosa de poder leer tan bien la inclinación de sus ojos de chocolate.

El comentario de Yoongi retumba inignorablemente junto a mi padre y Seoungmin.

Los dos parecen reacios a participar en cualquier conversación con Yoongi, pero tengo la sensación de que hay algún tipo de respeto obligatorio que se le debe por haber sido una vez el mayor jefe de Daegu.

Ninguno de los dos mira hacia atrás, pero mi padre le hace un gesto a mi compañero para que continúe.

Al oír la señal, Yoongi frunce los labios y sus ojos se abren de par en par en una especie de inocencia cómicamente fingida. "¿No hay esculturas de hielo? Creía que esto era una fiesta con clase."

Por el amor de todas las cosas.

Aunque ni mi padre ni Seoungmin consideran que esa pregunta merezca una respuesta, Jungkook deja escapar un pequeño resoplido que suena sospechosamente a risa.

Esa risa pone a Seoungmin al límite.

Se gira sobre su hombro y le espetó con frialdad, "No estoy seguro de que sepas lo que es la clase."

Mi intrépido líder, el hombre con una réplica para todo, se encoge de hombros y dice,"Bueno, no estoy seguro de que sepan cómo organizar una fiesta."

Se inclina hacia Jungkook. "Sólo quería que supieras que ha sido genial conocerte. Sinceramente. Pero si nos reencarnamos y nos encontramos de nuevo, por favor no me hables. No puedo vivir esto de nuevo."

Jungkook resopla, apretando los labios en un triste esfuerzo por amortiguar su inoportuna risa, y yo tengo que taparme la boca como respuesta.

De repente, me doy cuenta.

Los tres nos estamos riendo.

Es como en el baño de la mansión con Taehyung y la pistola de champú - muchas risas en una situación muy poco risible.

Lo mismo, pero también muy, muy diferente.

Esta vez, Taehyung podría estar muerto.

Pero entonces Yoongi suspira, "Realmente pensé que habría un cisne," y una risita brota de mi.

Tiene que ser el nerviosismo, el miedo - dos emociones que tienen un tirón tan drástico en el comportamiento humano. Sentimientos peligrosamente metamórficos que pueden hacerme reír en la cara de la muerte - literalmente.

Yoongi vuelve a ser ignorado por los dos hombres que le conducen por el pasillo, pero Seoungmin tiene la mandíbula en vilo.

Mi padre es tan plástico como siempre.

[ JJK ] Blood Ink ✔️ TRADUCCIÓN AL ESPAÑOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora