Capítulo 53: Suzie

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Jonathan se asomó y vio con sus propios ojos que el azotamentes se adentraba en una tienda donde nuestros amigos se habían escondido. Entonces, a Lucas se le ocurrió una idea y cogió su tirachinas.

- ¿Qué haces?, le preguntó Nancy.

- No te preocupes, dijo él levantándose.

Lucas apuntó a un globo de una tienda apartada de ellos y disparó haciendo que este explotara y llamando la atención del monstruo. Jonathan volvió a asomarse y vio que este se dirigía hacia donde lo había mandado Lucas.

- ¡Venga, vamos! ¡Corred!, ordenó haciendo que todos nos levantáramos.

- ¡Por aquí! ¡Rápido!, añadí yo abriendo la puerta de la salida de emergencia.

Los 5 salimos corriendo de Starcourt y fuimos hacia el coche de Nancy. Will se montó en el asiento de la izquierda; Lucas, en el de la derecha y yo, en el medio y, mientras, Jonathan trató de instalar el cable de ignición, pero el motor del coche de Billy volvió a rugir, haciendo que le mirásemos, atemorizados. Nancy le ordenó arrancar el coche y ella se puso delante de la puerta, apuntando a Billy con la pistola. Billy hacía rugir su coche cada vez más fuerte hasta que lo arrancó y avanzó hacia nosotros.

- ¡Vamos, vamos, deprisa!, gritamos Will y yo al unísono.

- ¡Tenemos que irnos!, añadió Lucas, muerto de miedo.

Nancy disparó al coche de Billy mientras Jonathan intentaba arrancar el de ella con todas sus fuerzas, pero sin resultado. Cada vez estaba más cerca y creíamos que era el fin, así que Will, Lucas y yo nos abrazamos, gritando, desesperados. Cuando creíamos que Billy se iba a chocar contra nosotros, otro coche impactó contra él, desviándolo del camino y dejándole inconsciente. Nos separamos, aún temblando, y comprobamos que era el coche en el que venían Steve y Robin. Lucas y Will me miraron con una sonrisa y yo entrelacé mis brazos con los suyos en señal de que estábamos a salvo. Mientras los 2 se quedaban impactados mirando al enorme monstruo encima del centro comercial, Jonathan por fin consiguió arrancar el coche de Nancy y esta se montó en el asiento del copiloto.

- ¡Subid!, les ordenó ella desde dentro.

Rápidamente, Steve y Robin se bajaron del coche de Jim, que, en verdad, era un descapotable que le había robado a un señor en Illinois, y se subieron al maletero.

- ¡Corred, corred! ¡Vamos!, gritó Lucas.

- ¡Vamos, chicos!, ¡Deprisa!, añadí yo mientras ellos cerraban la puerta.

Cuando ya estaban subidos, Jonathan pisó el acelerador y salimos corriendo del lugar.

- ¿Estáis todos bien?, preguntó Robin.

- Sí, más o menos, respondí yo.

- Creo que nos hemos meado un poco encima, al menos yo, confesó Lucas.

- ¿Vosotros estáis bien?, pregunté cediéndole mi mano a Steve.

- Sí, un poco en shock, pero sí, estamos bien, respondió mi hermano, correspondiéndome.

- Pues creo que no lo estaremos si no vamos más rápido, dijo Will señalando al monstruo, que nos perseguía.

- ¡Mierda!, exclamó Steve.

- ¡Acelera, Jonathan! ¡Vamos!, ordené yo, alterada.

Jonathan fue todo lo rápido que pudo, intentando no salirse de la carretera. Por suerte, era de noche y estaba totalmente despejada. Mientras él conducía, los demás observábamos al monstruo que corría detrás de nosotros, rugiéndonos con furia.

De pronto, una voz sonó a través del walkie de Dustin, el cual llevaba Robin en sus manos. Era una voz aguda de una chica que no nos sonaba de nada.

- Dusti-bón, ¿me recibes?

- Recibido, Suzie-pú - respondió Dustin - Ahora suena mucho mejor.

- ¡Suzie!, exclamaron Steve y Robin al mismo tiempo.

Todos nos miramos mutuamente, anonadados. Era la novia de Dustin: Suzie. Aquella que creíamos que era inventada porque decía que estaba más buena que Phoebe Cates y que, ahora, era su amor a distancia. Sin duda, no nos esperábamos para nada su llamada y, mucho menos, que se pusieran esos motes cariñosos.

- ¿Dusti-bón...?, pregunté con el ceño fruncido.

- ¿Suzie-pú...?, preguntó Lucas en el mismo tono.

- Vale, escucha - prosiguió Dustin a través del walkie - ¿Sabes la constante de Planck?

- ¿Y tú, que la tierra gira alrededor del sol?, preguntó ella.

- Vale. Sé que empieza por 2 seises y luego...¿cómo sigue?

- Vale, a ver si me queda claro. No sé nada de ti en una semana, ¿y ahora quieres una ecuación matemática, que ya deberías saber, para poder salvar el mundo?

- Suzie-pú, te prometo que te lo compensaré en cuanto me sea posible.

- Puedes compensármelo ahora.

- ¿Qué?, preguntó Dustin, nervioso.

- Quiero oírlo, dijo Suzie con una sonrisa.

- Ahora mismo, no...

- ¡Sí, ya, Dusti-bón!, exclamó la chica, impaciente.

- ¡Suzie-pú, esto es urgente!

- Sí, sí, estás salvando el mundo, ya me lo has dicho, pero Ged va a salvar Terramar y está apunto de enfrentarse a las sombras, así que Suzie se despide, dijo ella con tono enfadado.

- ¡Espera, espera! Vale...vale...¡Joder!, exclamó él, avergonzado.

Entonces, a través del walkie empezamos a oír su voz empezando a cantar la canción de "Neverending story". Sí, esa que empieza así como: "Turn around, look at what you see..." y, después, se unió Suzie a cantar con él.

Todavía no sé cómo describir el ambiente que se generó en el coche de Nancy cuando escuchábamos cantar a esos 2, aislados del mundo, mientras el puñetero azotamentes nos perseguía a escasos metros de nosotros. Pero ninguno podíamos preocuparnos por el monstruo, ya que estábamos completamente en shock tratando de asimilar lo que estaba pasando. Era un momento incómodo y ridículo, que nadie en absoluto veía venir en medio de todo ese caos. A la mitad de la canción, mientras que Nancy, Jonathan, Lucas, Steve y Robin se quedaban boquiabiertos procesando el momento que estábamos viviendo, Will y yo nos echamos una mirada incómoda. Ambos parpadeamos un par de veces, sin poder dar crédito a lo que estaba pasando, y soltamos una risa rápida, mientras seguíamos escuchando las voces de Dustin y Suzie envolviendo el momento. Aunque por fuera estuviese así de impactada, por dentro me estaba partiendo de risa imaginándome a Joyce y Hopper en la base rusa frente a la caja fuerte del maletín que necesitaban para hacer volar el arma, a Murray encerrado en la sala de comunicaciones y a Érika al lado del propio Dustin sintiendo lo mismo que todos nosotros, flipando y sin poder darle una explicación racional al momento feliz que se interpuso en medio de nuestra peligrosa aventura. Realmente, me reía por no llorar. Jamás superaré ese momento.

Tras el maravilloso y desconcertante momento en el que Dustin y Suzie nos habían deleitado con su canción, la chica, al fin, soltó cuál era el código que Hopper necesitaba para acceder a la caja fuerte.

- La constante de Planck es 6,62607004.

- Acabas de salvar el mundo, dijo Dustin.

- Dios, te echo de menos, Dusti-bón.

- Y yo a ti más, Suzie-pú.

- Yo más multiplicado por todas las estrellas de la galaxia.

- No, yo te echo de menos..., empezó a decir Dustin.

- ¡Ya basta!, exclamó Érika, cortando la comunicación.

En el coche de Nancy, nos miramos entre todos durante unos segundos y, a pesar de tener al azotamentes aún persiguiéndonos, nos empezamos a partir de risa tras lo sucedido.

Érase una vez en Hawkins - Stranger ThingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora