-¡Max! ¡Max, despierta! - exclamé antes de que la pelirroja inspirara aire de golpe, como si acabase de salir del mar - ¡Tía, qué susto, joder! ¿Estás bien?
-¿Qué ha pasado? Te has quedado embobada, añadió Dustin.
La chica parpadeó un par de veces para comprobar que permanecía sentada en el mismo sitio. Tenía la respiración acelerada. Parecía que se acababa de despertar de un sueño, pero estando despierta. Nos miró a los 3 para cerciorarse de que estábamos a su lado y respiró profundamente.
- Eh, ¿has visto algo?, la preguntó Steve.
- Sí, respondió ella con un hilo de voz.
-¿Qué? ¿Alguna información que nos sea útil?, pregunté yo.
- Sí, pero aquí, no - dijo haciendo que nos mirásemos, extrañados - Seguidme. He visto un reloj.
-¿Un reloj...?, preguntamos los 3 al unísono, confusos.
Max se levantó de la silla y salió por la puerta del despacho. Nosotros la seguimos sin entender absolutamente nada.
En mitad del pasillo, nos topamos con Nancy y Robin, que acababan de encontrar una valiosa información en la biblioteca. Les explicamos rápidamente lo que había pasado y se quedaron tan sorprendidas como nosotros. Max nos condujo a todos hasta un pasillo sin salida y se quedó quieta contemplando la pared mientras temblaba como un flan.
- Estaba aquí. Justo aquí, soltó ella con la voz quebrada.
-¿Un reloj de péndulo?, preguntó Nancy, extrañada.
- Era muy real, pero al acercarme, de repente, me he despertado.
- Era como si estuviera en trance o algo así - explicó Dustin - Lo que dice Eddie que le pasó a Chrissy.
- Como si su mente se hubiera transportado sola hasta aquí y su cuerpo se hubiera quedado donde estaba, añadí, temblorosa.
Aquello me daba muy mala espina. Algo iba muy mal. No estábamos preparados para lo que se nos venía encima, aunque Max ya estaba empezando a planteárselo.
- Eso no es lo peor, dijo Max girándose para mirarnos y volviendo a toda prisa al despacho.
Una vez allí, se sentó en el escritorio y los demás nos colocamos a su alrededor esperando a que se explicara. Todos nos lo temíamos en el fondo, pero no quisimos admitirlo hasta que ella lo puso en palabras.
- Fred y Chrissy también veían a la Srta. Kelley. Los 2 tenían migrañas de las chungas que no se van con nada y luego...las pesadillas. No podían dormir. Se despertaban con un sudor frío y empezaban a ver cosas - explicó Max mientras yo trataba de asimilar que ambos tenían exactamente los mismos síntomas que ella - Cosas malas...de su pasado. Las visiones no pararon de empeorar y empeorar hasta que...al final...todo terminó.
- La maldición de Vecna, aclaró Robin mirándola a los ojos.
- Las migrañas de Chrissy empezaron hace 1 semana, las de Fred hace 6 días...las mías hace 5 días. No sé cuánto tiempo me queda, pero sí se, por Fred y Chrissy, que los 2 murieron menos de 1 día después de su primera visión. Y yo acabo de ver el puñetero reloj. Creo que mañana moriré.
Esas palabras me sentaron con si me clavaran una estaca en el corazón. Se me formó un nudo en la garganta, se me inundaron los ojos de lágrimas y empecé a negar con la cabeza. No quería creer que mi amiga podría morir en cualquier momento. No quería admitirlo. Algo tendríamos que hacer para evitarlo. No sabíamos el qué, pero no podíamos permitir que Vecna acabara con su vida. No se lo merecía.
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Érase una vez en Hawkins - Stranger Things
Teen FictionHola, soy Ashley Harrington. Nací en Hawkins, un pueblo de Indiana. Os voy a contar la aventura que viví junto con mi grupo de amigos: Mike, Will, Lucas, Dustin, Once y Max, en la que nos enfrentamos a las oscuras criaturas del Mundo del Revés. Todo...