Capítulo 31: El azota-mentes

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Al llegar a la casa de los Byers, Jonathan acostó a Will, que seguía sedado, en el sofá. Joyce fue a su cuarto a desahogarse. Lo necesitaba. Mientras Hopper llamaba al gobierno para informarles de lo sucedido y de que el Dr. Sam Owens seguía en el laboratorio, atrapado y a saber si devorado también, Mike, Lucas, Dustin y Max se sentaron en la mesa de la cocina y Steve y yo nos apoyamos en la encimera esperando a ver qué le decían al jefe.

- Tengo la sensación de que no es consciente de la gravedad de la situación...Se llama Sam Owens, el Dr. Sam Owens...No sé cuántas personas hay ahí, no sé cuantas personas siguen con vida...¡Yo soy la Policía, el jefe Jim Hopper! Sí, le acabo de dar el número...6767. Me encontrarán aquí, dijo entrecortadamente Hopper por teléfono.

Colgó y se giró para mirarnos a todos.

- No le han creído, ¿verdad?, preguntó Dustin.

- Ya veremos, respondió, serio.

-¿Ya veremos? ¡No podemos quedarnos aquí con esas cosas sueltas!, se quejó Mike.

- Nos vamos a quedar aquí a esperar refuerzos, dijo Hopper antes de irse a ver cómo estaba Joyce.

Todos estábamos destrozados. Mike y yo les contamos la operación que había hecho Bob para abrir las puertas. Si no hubiera sido por él, todavía estaríamos encerrados en aquel despacho o, seguramente, los demogorgons habrían acabado con nosotros y se habría ido todo a la mierda. Pero él nos salvó. Toda la casa permanecía en silencio. Yo estaba abrazada a mi hermano, que también me abrazaba a mí jugueteando con mi pelo. En ese momento, Mike se levantó de su silla y cogió el cubo de Rubik con el que jugaba Bob.

-¿Sabíais que Bob fundó el Club de Imagen y Sonido?

-¿En serio?, preguntó Lucas.

- Presentó una solicitud al colegio, luego hizo una recolecta para el material. El Sr. Clarke lo aprendió todo de él. Es una pasada, ¿no?

- Sí, dijimos al unísono.

- No puede haber muerto en vano, dijo Mike.

-¿Y qué quieres hacer, Mike? El jefe tiene razón. No podemos detener a los demo-perros, dijo Dustin.

-¿Demo-perros?, preguntó Max, extrañada.

- Son perros demogorgon. Demo-perros. Es un compuesto, como un juego de palabras.

- Vale, dijo Max.

- Cuando solo estaba Dart, a lo mejor..., empezó Mike.

- Pero ahora son un ejército, continuó Lucas.

- Su ejército, especificó Mike.

-¿A qué te refieres?, preguntó Steve.

- Tal vez, si le detenemos, acabemos con su ejército.

-¿De quién?, preguntó mi hermano, más confuso aún.

- Del monstruo de las sombras, respondí separándome de él y mirándole a los ojos.

Steve me miró haciéndome notar que estaba totalmente perdido. Entonces, Mike fue rápidamente a buscar el dibujo que hizo Will.

- Will es el que tiene el campo. El médico dijo que tiene como un virus que le infectó.

-¿Y entonces ese virus le conecta a los túneles?, preguntó Max.

- A los túneles, al monstruo, al Mundo del Revés, a todo, añadió Mike.

- ¡Vale, eh, eh! Para el carro, dijo Steve, un poco rallado.

- Escuchad, el monstruo de las sombras está en todo y si las plantas sienten dolor, también lo siente Will.

Érase una vez en Hawkins - Stranger ThingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora