Capítulo 69: Ser mujer

54 4 0
                                    

Después del susto, llegaron Nancy y Robin y estuvimos todos juntos tratando de calmar a Max para que nos contara todo lo que había visto en la mente de Vecna. No nos quedó claro del todo, pero sí nos ayudó a entender mucho mejor cómo funcionaba el tema de la maldición. Entonces, subimos todos al coche y nos dirigimos a la casa de los Wheeler para pasar la noche durmiendo en el sótano. Nos costó muchísimo conciliar el sueño, pero, finalmente, pudimos descansar.

Unas horas más tarde, mientras dormía sobre un colchón que me había prestado Nancy, oí unas voces a mi alrededor.

-¡Dustin! ¡Dustin, despierta!, exclamó esta.

-¡Hmm...! ¿Qué?, preguntó él, desperezándose.

-¿Tú no estabas vigilando a Max?

- Sí. Sí, sí, sí, sí, lo siento...

- Vale y, ¿dónde está?, preguntó ella señalando el sofá vacío donde la pelirroja había dormido.

- Esta aquí mismo - dijo Dustin antes de darse cuenta de que no estaba - Hace un segundo. Lo juro. Sólo me he dormido...una hora.

Los 2 se miraron con expresión de pánico y subieron rápidamente las escaleras para buscarla en la cocina. El ruido de los pasos en los peldaños nos despertó a los demás. Me incorporé mientras bostezaba y me acicalé mi melena rizada mientras mi hermano se quedaba sentado en la silla que estaba justo detrás de mí, donde había dormido. La camisa que llevaba puesta se me había movido un poco dejando a la vista mi hombro y mi clavícula y, por tanto, el chupetón, al que ya se le había ido el corrector que lo cubría. Steve se fijó en él y frunció el ceño, extrañado.

- Oye, Ash, me llamó.

-¿Sí...?, dije aún con la voz algo ronca.

-¿Te diste un golpe ayer o algo así?

-¿Cómo?

- Es que tienes...un moratón...ahí, en el cuello, dijo señalándolo.

-¡Ah...! Esto...pues... - exclamé al verlo y tocándomelo disimuladamente maldiciéndome a mí misma por no haberme dado cuenta - No sé, puede ser...No sé cómo me lo habré hecho...

- Yo diría que eso, más que un golpe, parece un chupetón, soltó Robin de repente.

-¿Perdona?, pregunté con el pulso acelerado.

-¿Acaso tienes novio y no nos has dicho nada, Ash?, preguntó Lucas en tono coqueto.

- Pero, ¿qué dices? Yo no tengo novio.

- Entonces, ¿de dónde ha salido eso? - insistió Steve - Dinos la verdad, no te juzgaremos.

- Steve, que no tengo novio. A diferencia de ti, no estoy desesperada por salir con nadie, solté, irritada levantándome para dirigirme al baño.

Antes de que pudiera alejarme más, Steve me detuvo e hizo que le mirara. Sabía perfectamente que le estaba ocultando algo.

- Eh, soy tu hermano. Me preocupo por ti, ¿vale? - dijo en tono serio - Dime quién te ha hecho eso, Ash.

- No...no sé por dónde empezar. Me cuesta mucho hablar de ello, ¿sabes?

- Tranquila, te escuchamos. Tómate tu tiempo, dijo Robin temiéndose lo que no quería contarles.

- Se...se llama... - dije mientras echaba una mirada hacia Lucas - Se llama Andy.

El chico se quedó helado porque sabía a quién me refería, mientras que Steve y Robin me miraron con preocupación.

-¿Quién es ese Andy? ¿Has tenido algún rollo con él?, me preguntó mi hermano, algo ofendido por no haberle hablado de él.

- No...Qué va. Es...es uno de los chicos del equipo de baloncesto - dije mientras Steve echaba una mirada a Lucas, que permanecía en shock - Hace un par de días...se puso a...ligar conmigo y...yo no quería seguir. Así que...le dije que no y...y cuando me iba a ir...no me dejó.

Érase una vez en Hawkins - Stranger ThingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora