Max salió del coche y se dirigió a la puerta de la casa de su loquera para llamar al timbre. Esta la abrió y, aunque se quedó un poco extrañada al verla allí en vacaciones, la permitió pasar. Antes de entrar, Max echó una última mirada hacia el coche de Steve, desde donde la vigilábamos.
- Vale, está dentro, dijo Steve.
- Me faltan las clavículas, no los ojos, dijo Dustin.
- Bueno, ahora que estamos nosotros solos, creo que es el momento, dije yo mirando fijamente a mi hermano.
- ¿A qué te refieres? ¿El momento para qué?, preguntó él, confundido.
-¿Vamos a hablar del...tema?, preguntó Dustin desde el asiento trasero.
- Eh...perdona, ¿de qué tema?
- Del ataque de locura temporal de antes, cuando casi te echas en brazos de Nance.
- Vale, para empezar, eso no es lo que ha pasado, ¿vale?, dijo mi hermano, un poco cortado.
- Claro que no, nos lo hemos imaginado, dije yo irónicamente.
- Eso es justo lo que ha pasado y lo han visto todos - añadió Dustin - Había un montón de testigos.
- Se te da fatal disimular. La próxima vez, córtate un poco, ¿no?
- Ah, ¿insinuáis que aún siento algo por Nance?
- No lo insinuamos, lo afirmamos - respondió Dustin mientras yo asentía - Y como está relacionado con tu negativa a salir con Robin, esa es tu opción más lógica.
En ese momento, mi hermano y yo nos miramos pensando lo mismo. Dustin y yo estábamos totalmente de acuerdo en que Steve seguía teniendo fuertes sentimientos hacia Nancy, aunque no quisiera admitirlo. Sin embargo, yo sabía algo que él no sabía y es que si Steve no salía con Robin no era porque se negara, sino porque realmente no podía aunque quisiera.
- No es la única, dijo Steve pensando en confesarle la verdad.
Antes de que dijera nada, yo me aclaré la garganta para darle la señal de que se callara. Sólo Robin podía decidir salir del armario, ni Steve ni yo teníamos el derecho de ir contándolo por ahí, aunque fuera a Dustin, que estábamos seguros de que lo aceptaría sin problema. Lo peor que podíamos hacerle a Robin era soltar su secreto sin su permiso.
- Eh...cierto, no lo es - dije yo haciendo que Dustin me mirara, extrañado - Pero no puedes negar que tu corazón sigue llevando escrito el nombre de Nancy Wheeler. Creía que ya lo habías superado.
- Lo he hecho, ¿vale? Sólo quería proteger a una amiga - mintió Steve mientras nosotros asentíamos con una amplia sonrisa en la cara - Una amiga, ¿vale?
- Vale, dijimos los 2 al unísono sin creerle.
- No quiero encontrarla mañana con los ojos fuera de las cuencas por culpa de esa Vecna.
-¡Te has puesto rojo como un tomate!, se burló Dustin.
- No sigas. Te daré un puñetazo que te volverá a dejar sin dientes, soltó Steve sembrando un momento incómodo en el coche.
-¡Hala...!, exclamé yo, sorprendida.
- Eh, te has pasado, dijo Dustin.
- No ha molado...Lo siento, se disculpó Steve.
- No ha molado. Tranqui.
Los 2 chocaron el puño y yo eché una risa. Desde luego, su relación era algo que me encantaba. Dustin era hijo único y Steve me tenía a mí como su única hermana, pero lo más parecido a un hermano para él era Dustin Henderson, el cual también era como un hermano de mi edad para mí. No podíamos estar enfadados más de 5 segundos. Necesitábamos mantener nuestro buen rollo en todo momento, a pesar de los vaciles, las bromas y las coñas. Así funcionábamos.
ESTÁS LEYENDO
Érase una vez en Hawkins - Stranger Things
Teen FictionHola, soy Ashley Harrington. Nací en Hawkins, un pueblo de Indiana. Os voy a contar la aventura que viví junto con mi grupo de amigos: Mike, Will, Lucas, Dustin, Once y Max, en la que nos enfrentamos a las oscuras criaturas del Mundo del Revés. Todo...