Por más que buscábamos no encontrábamos ninguna cinta de música que pudiera gustarle a Nancy, aunque literalmente teníamos que probar con cualquier canción, ya que no podíamos perder el tiempo si se trataba de salvarle la vida. Estábamos muy estresados, pero lo que terminó de ponernos histéricos, fue Erica, que vino a toda pastilla por el pasillo.
-¡Steve dice que os deis prisa!, soltó.
-¡Ya, no jodas!, exclamó Dustin, alterado.
-¡Es que no encontramos nada!, añadió Max.
-¡Venga ya! ¿Qué es toda esta mierda?, preguntó Robin con varias cintas en la mano.
- A ver, ¿qué estáis buscando?, preguntó Eddie mientras removía todo.
- Madonna, Blondie, Bowie, Beatles...música. ¡Queremos música!, respondió Robin.
-¡Esto es música!, gritó Eddie enseñándonos una cinta de Iron Maiden.
- Vale, sí, pero si encontráis una cinta de Madonna, no dudéis en ponérsela. Madonna siempre es la solución, dije yo idolatrando a mi querida reina del pop.
- Escúchame, si le pones los primeros acordes de este temazo, te digo yo que se despierta al instante, dijo Eddie acercándose a mí y señalando la cinta de su grupo favorito.
En ese momento, oímos un grito de mi hermano, que provenía del otro lado del portal.
-¡Eh, tíos! ¡Ya está! ¡Ha despertado!
-¿Qué? Pero, ¿cómo...?, preguntó Dustin.
Todos fuimos corriendo de nuevo hacia el portal y comprobamos que Nancy ya había vuelto en sí. Al despertarse, se había mareado y Steve la ayudó a tranquilizarse y a levantarse para trepar por la cuerda y volver a nuestro mundo. Cuando la chica cruzó el portal, se quedó unos cuantos segundos tumbada en el colchón tratando de recuperar el aliento. La dejamos que respirara hondo y, después, Robin y Max la ayudaron a caminar hasta la caravana de esta. Mientras que todos iban tras ella para abanicarla y darle agua fresca para que se relajara, yo me quedé junto a Eddie esperando a que volviese Steve.
-¡Vamos, un poco más!, le animé mientras él trepaba.
Unos segundos después, Steve aterrizó frente a mí en el colchón. Él también necesitó unos instantes para recuperarse del susto que se había dado. Por un momento, había creído que perdía a Nancy. A todos se nos había pasado esa idea por la cabeza.
-¡Arriba, chaval!, dijo Eddie cediéndole su mano.
Steve se la dio y se impulsó para ponerse de pie. Sin que a penas le diera tiempo a estabilizarse, yo me abalancé sobre él y le di un fuerte abrazo. Me estaba muriendo de ganas de hacerlo desde que vi parpadeando las luces del candelabro de la cocina de los Wheeler.
-¡Steve...! - exclamé durante el abrazo - Dime que estás bien, por favor.
- Estoy...estoy bien, sí...Ahora sí, respondió él, aún agitado.
-¿Ah, así? ¿Seguro? Entonces, ¿qué coño es esto?, pregunté revisando la rozadura que tenía a lo largo del cuello.
- Bueno, resulta que...el portal estaba custodiado por unos murciélagos que me dieron una bienvenida un tanto...desagradable al Mundo del revés - explicó mientras Eddie asentía y yo les miraba, boquiabierta - Por suerte, tuve la ayuda que necesitaba.
- Sí y no veas el mordisco que le pegó a uno de ellos. ¡Fue la hostia!, añadió Eddie, emocionado.
-¿La hostia? - pregunté yo dejándoles extrañados - Pero, ¿tú eres tonto? Podrías haber muerto ahí abajo.
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Érase una vez en Hawkins - Stranger Things
Teen FictionHola, soy Ashley Harrington. Nací en Hawkins, un pueblo de Indiana. Os voy a contar la aventura que viví junto con mi grupo de amigos: Mike, Will, Lucas, Dustin, Once y Max, en la que nos enfrentamos a las oscuras criaturas del Mundo del Revés. Todo...