Capítulo 30: Bob Newby, el superhéroe

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El Dr. Owens sacó de los archivos un plano del laboratorio y un rotulador.

- Vale, aquí estamos nosotros y aquí, la salida más cercana - señaló él - Pero aunque logremos llegar allí, no hay escapatoria.

-¿A qué se refiere?, preguntó Hopper.

- Las puertas se sellan cuando hay un fallo.

-¿Cuando hay un fallo?, preguntó Joyce.

-  Si no hay electricidad, el edificio queda sellado.

-¿Y no se puede abrir a distancia?, preguntó Bob.

- Con un ordenador, pero hay que reiniciar los interruptores.

-¿Y dónde están?, preguntó Hopper.

- En el sótano. Tres plantas más abajo.

Hopper cogió el plano y se dirigió a la puerta.

- Eh, ¿a dónde vas?, preguntó Bob deteniendo a Hopper.

- A reiniciar los interruptores.

- Vale, ¿y luego qué?

- Nos largamos cagando leches, respondió el policía con total seguridad.

- No, cuando vuelva la electricidad. Si quieres abrir la puerta, tendrás que reiniciar el sistema informativo y anular los códigos de seguridad manualmente.

- Vale, ¿y cómo lo hago?, preguntó Hopper sin entender nada.

- No podrás, al menos que sepas Basic.

- No sé qué es eso.

- Es un lenguaje de programación, dijo Mike.

- Está bien. Enséñame, dijo Hopper a Bob.

-¿Y de paso te enseño francés, Jim? ¿Y alemán? - preguntó Bob con ironía y se dio media vuelta - ¿Y usted, doctor? ¿Sabe Basic?

- No, respondió el doctor, apenado.

- Está bien. Iré yo, dijo Bob.

- No, Bob, dijo Joyce abrazándolo.

- Tranquila, no me pasará nada. Recuerda: Bob Newby, el superhéroe, dijo Bob con una sonrisa encantadora.

No pude evitar sonreír al escuchar aquello, pero, a la vez, temía por la vida de Bob. No le conocía de nada, pero demostró ser muy valiente. Entonces, Bob y Hopper recogieron el cuerpo de un guardia muerto lleno de sangre y Bob se hizo con su pistola, su walkie y su linterna y se dirigió hacia el sótano.

Después de una larga espera, la cual se nos hizo eterna, se oyó la voz de Bob por el walkie decir: "ábrete, Sésamo". Al segundo, el botón de la puerta principal se puso azul.

-¡Está abierta!, exclamó el doctor.

- El cabrón lo ha conseguido, dijo Hopper, orgulloso.

- Vale, nos vemos fuera, dijo Bob.

De pronto, se vio a través de una de las cámaras a un pequeño demogorgon bajando hacia el sótano.

-¡Jefe! Tenemos compañía, avisó el doctor a Hopper y a Bob.

-¿Dónde?, preguntó Bob.

- En la escalera oeste, respondió el doctor.

- Vale, tengo una idea, dijo Bob.

Este volvió al ordenador y activó la alarma de incendios y, con ella, los chorros de agua del techo para distraer al monstruo. Este fue directo a la planta de arriba.

Érase una vez en Hawkins - Stranger ThingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora