Capítulo 15: Daos prisa

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Mientras Dustin y Lucas montaban la piscina, Nancy y Mike buscaban la manguera, Hopper y Jonathan traían la sal y Joyce ayudaba a Ce a prepararse, tuve un tiempo para ir a la cabina de teléfono y llamar a casa. Quería avisar a Steve de que llegaría tarde.

-¿Diga?

- Steve, soy Ash.

-¡Joder, por fin! ¿Se puede saber dónde estás? No has sido capaz de avisarme, dijo, un poco alterado.

- Deja que te explique. Estoy...con mis amigos. Tenemos que solucionar un problema, así que no sé a qué hora llegaré a casa, pero ahora estaré ocupada.

- Espera, espera, ¿qué problema? ¿Estás bien?, preguntó, preocupado.

- Sí, sí. Es que no te lo puedo explicar todo ahora. Sólo sé que llegaré tarde. No me esperes despierto, ¿vale?

- Eh...vale. Ten cuidado, dijo, extrañado.

- Sí. Adi...

-¡Oh, espera un momento!, dijo interrumpiéndome.

- Oh...eh...¿qué pasa?

- Tengo que contarte algo importante.

- Steve, ahora no puedo. ¡Tengo prisa!, dije, impaciente mirando a la puerta del gimnasio.

- Por favor...necesito desahogarme, dijo con tono triste.

Tardé unos segundos en reaccionar y al final, suspire y dije:

- Está bien. Cuéntame.

- Pues...a ver, ¿cómo empiezo? Digamos que Nancy...me ha dejado.

-¿Ah, sí?, pregunté, sorprendida.

- Sí...Y encima me he peleado con su nuevo novio, dijo aún más apagado.

-¿Qué dices? ¿Qué novio?

- Jonathan Byers...Ha sido un desastre.

-¡Vaya! - exclamé en voz baja sabiendo que estaban cerca - Oye, ¿y tú estás bien? ¿Te ha hecho daño?

- Nada...un chichón sin importancia, respondió disimuladamente.

- Ya, claro. Mientes fatal, ¿sabes? - dije, y él se rió por no llorar - Ah, y déjame adivinar: cuando ha pasado todo eso, estabas junto con Tommy H y Carol, ¿a que sí?

-¡Bingo...!, respondió, asqueado.

- Lo sabía. Te he dicho mil veces que los mandes a la mierda, pero como soy un fantasma, no te enteras, dije con el ceño fruncido.

- Eh, ¿a qué ha venido eso?

- Es la verdad. Tus amigos del alma llevan llamándome así mucho tiempo, tanto, que todo el instituto hace lo mismo.

- No jodas, dijo llevándose una mano a la cabeza, avergonzado.

- Lamentablemente, sí. Pero tú eres el Rey Steve, así que ni siquiera sabes lo que le pasa a tu hermana día a día.

- Me siento como una mierda, Ash, dijo con ganas de llorar.

- Eh...tampoco te pongas así, ¿vale? La verdad es que me da totalmente igual. Tengo mi pequeño grupo de amigos y con eso me basta.

- Ya, pero he sido un imbécil. Pero, ¿sabes qué? No te preocupes por Tommy y Carol, ya no somos amigos. Me di cuenta de lo tóxicos que eran y los mandé a tomar por culo. Y ahora, con más razón.

-¡Enhorabuena, genio! Temía que nunca llegara este día y te acabaras convirtiendo en la misma escoria que son ellos, dije con una sonrisa torcida.

-¡Qué asco! Me he librado de una buena, ¿no?, dijo riendo.

Érase una vez en Hawkins - Stranger ThingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora