Capítulo 64: Una nueva víctima

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Al día siguiente, fuimos al super a por comida y bebida para llevarle a Eddie, que se quedó refugiado en el cobertizo. Abrimos la puerta y, al parecer, le sorprendimos, ya que nos amenazó de nuevo con la botella rota. Al comprobar que éramos nosotros, dejó de temblar y suspiró tranquilo.

-¡Servicio a domicilio!, exclamó Dustin con una sonrisa.

- Buenos días. Tenemos que hablar, dije entrando tras él.

Eddie se sentó en la barca y empezó a devorar una caja de cereales, ya que llevaba casi 1 día entero sin comer y estaba hambriento. Mientras, le contamos las novedades.

- Tenemos...buenas noticias y malas noticias. Elige el orden, dijo Dustin sentándose en una silla.

- Las malas siempre primero, dijo Eddie antes de darle un trago a un botellín de batido de chocolate.

- Vale, las malas: captamos la radio de la policía de Hawkins con Cerebro y te están buscando oficialmente. Y están bastante convencidos de que tú la mataste.

- Más bien, convencidos al 100%, especificó Max.

- Vamos, que estás jodido. Pero...que no cunda el pánico, dije al ver que me miraba con los ojos como platos.

-¿Vale...? ¿Y las buenas noticias?, preguntó él.

- Que tu nombre no ha trascendido - respondió Robin - Pero si nosotros te hemos encontrado, sólo es cuestión de tiempo que te encuentren y, si corre la voz, cualquiera con 2 dedos de frente va a ir a por ti.

- A cazar al bicho raro, ¿no?, soltó Eddie con un nudo en la garganta.

- Exacto.

-¡Joder...!

- Pues antes de que eso ocurra, hay que encontrar a Vecna, matarlo y demostrar tu inocencia, dijo Dustin como si fuera tarea fácil.

-¿Y ya está, Dustin? ¿Nada más?, preguntó Eddie irónicamente.

- No, creo que eso es todo.

- Escucha, Eddie. Sé que todo lo que dijo Dustin parece una locura, pero ya hemos pasado por algo parecido. Bueno...ellos varias veces - dijo Robin mientras los demás asentíamos - Y yo, una. La mía fue más corpórea y la suya más vaporosa, pero, en conclusión, en líneas generales, podemos solucionarlo.

- Sí, normalmente contamos con una chica que tiene super poderes, añadió Steve.

- Telekinesis, concretamente. En plan, movía cosas con la mente. Una pasada, especifiqué yo.

- Exacto, pero...su familia se ha mudado, así que..., continuó Steve.

- Técnicamente, estamos más bien en una..., siguió Robin.

- Fase de lluvia de ideas, terminó Max.

-¡Lluvia de ideas!, repitió Steve señalándola.

- Seguro que entre todos se nos ocurre algo para acabar con Vecna. No debe tener...mucha complicación...supongo, dije yo tratando de hacer que su pulso acelerado descendiese.

- Claro que no, pero tú...no te preocupes por nada, dijo Dustin.

- Eso, dije Steve esbozando una sonrisa incómoda.

El pobre Eddie se quedó mirándonos totalmente perplejo por la parrafada surrealista que acabábamos de soltarle entre todos. Sí, estaba acostumbrado a la fantasía porque era fan de juegos de mesa como el Fuego infernal y otros videojuegos, pero no se esperaba que esta pudiese traspasar la realidad.

Fue entonces cuando, detrás de nosotros, en algún lugar no muy lejano, oímos unas sirenas de los coches de policía que se iban acercando hacia donde estábamos. Eddie se giró, asustado y Robin le señaló la lona para que se tapase con ella. Creíamos que nos habían pillado y que la poli venía a detener a Eddie, por lo que tendríamos que sacarle a toda pastilla del cobertizo. Sin embargo, al asomarnos a la ventana, comprobamos que los coches pasaban de largo y se dirigían, junto a una ambulancia, a otro sitio, más adelante. Al parecer, había un nuevo caso de asesinato misterioso. Una nueva víctima a la que Vecna había maldecido.

Érase una vez en Hawkins - Stranger ThingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora