Capítulo 22: Locos juntos

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31 de octubre de 1984. ¡Por fin Halloween! Fui a clase con una camisa de cuadros negra y roja encima de una camiseta negra con un dibujo de AC/DC, unos pantalones de cuero negros y unos botines marrones con tachuelas. Le había estado diciendo a los chicos de ir disfrazados a clase, pero un día me enteré de que nadie iba a hacerlo y, justo cuando se lo iba a decir, fue cuando me propusieron disfrazarme de fantasma y decidí ahorrármelo para gastarles una broma.

Mientras estaba en mi taquilla preparando mi mochila, escuché la voz de Dustin llamándome al otro lado de la puerta.

-¡Eh, Ash! ¿A quién vas a llamar?, me preguntó haciendo honor a los Cazafantasmas.

Cerré la puerta y al verlos disfrazados, me empecé a reír a carcajadas. Mi plan había salido a la perfección.

-¡Sois las personas más inocentes que he conocido!, dije sin poder parar de reírme.

-¿Qué quieres decir?, preguntó Mike.

-Sí, ¿y dónde está tu disfraz?, preguntó Lucas.

- Hasta esta tarde no me vais a ver disfrazada. Hoy no había que venir así. ¡Pardillos!

-¿Nos has gastado una broma?, preguntó Will.

-¿Por qué lo has hecho?, preguntó Mike.

- Por dejarme como el fantasma. A mí, desde luego, no me vais a cazar, dije con una sonrisa de chula.

-¡Joder, nos la has jugado bien!, dijo Dustin mirándome con los ojos achinados.

- No sabes la vergüenza que estamos pasando, dijo Lucas.

-¡Qué va! Estáis genial. Menos mal que no era un disfraz para maquillarse la cara, dije riéndome.

- No sé si odiarte o quererte porque eres una experta en bromas, dijo Will.

- Ni se te ocurra odiarme, dije guiñándole un ojo.

Después de toda la mañana, fuimos los cuatro juntos hacia casa por la carretera del bosque. Mientras íbamos hablando, oímos un rugido extraño a nuestras espaldas. Dustin se giró y vio un coche viniendo a toda velocidad a por nosotros.

-¡Eh, tíos!, dijo, tembloroso.

-¡Mierda, mierda!, grité yo, desesperada.

Empezamos a pedalear más fuerte hasta que conseguimos desviarnos a un lateral de la carretera y Dustin cayó de la bici delante nuestra.

-¡Me cago en la leche!, exclamó Dustin mientras le ayudábamos a levantarse.

Vimos pasar el coche y, aún con el corazón a mil por hora, nos dimos cuenta de que nos resultaba familiar.

-¿No era...?, empezó a preguntar Dustin.

-¡MadMax!, completó Lucas.

Mike y yo nos miramos mutuamente respirando con dificultad. El conductor del coche, familiar de Max, casi nos atropella. ¡Menudo gilipollas!

Pasó la tarde, llegaron las 18:45 y ya estaba disfrazada y a punto de salir, igual que Steve, a quien me crucé saliendo del garaje.

- Pásalo bien, Terminator. Tráeme muchas chuches, ¿vale?, dijo mi hermano desde el coche.

-¿Qué te crees, que van a ser todas para ti? - pregunté haciendo que ambos sonriéramos - Disfruta y no te metas en líos, que te conozco.

- Tranquila, estaré bien, dijo arrancando el motor.

-¡Y no bebas mucho, que luego te tengo que aguantar de resaca y estás insoportable!, grité mientras se iba alejando hacia la carretera.

-¡No prometo nada!, gritó antes de acelerar y dirigirse hacia la casa de los Wheeler para recoger a Nancy.

Érase una vez en Hawkins - Stranger ThingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora