Capítulo 57: Sonreír

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La banda terminó de tocar aquella marchosa canción cuando las animadoras se despidieron sacudiendo sus pompones y volviendo a sus sitios. La gente empezó a aplaudir con todas sus fuerzas y con más intensidad todavía cuando la pancarta de bienvenida a los Tigres se rompió por la mitad para dejar paso a Jason y al resto de jugadores, entre los que estaba Lucas sonriendo de oreja a oreja y llevando su camiseta del número 8 con orgullo. Nosotros le aplaudíamos desde las gradas. Aunque no nos hiciera gracia que se hubiese distanciado de nosotros por culpa del baloncesto, seguía siendo nuestro amigo y nos gustaba estar ahí para apoyarle.

-¡Buenos días, instituto Hawkins! - saludó Jason tras agarrar el micrófono y todo el mundo le respondió con vítores y aplausos - Primero, os damos las gracias por estar aquí. Sin vuestro apoyo no habríamos podido llegar aquí. ¡Un fuerte aplauso para vosotros!

Todo el mundo volvió a aplaudir. Desde luego, ese chico sabía manejar a las masas, lo cual podía ser algo muy bueno o muy malo. En ese momento, Lucas saludó a Max desde su posición, la cual dirigió la vista hacia otro lado, ignorándole. Mike y Dustin no se dieron cuenta, pero yo sí. No pude evitar empatizar con la punzada en el corazón que debió sentir el pobre chico.

- Además, también quiero dar las gracias, especialmente, a las mejores y más bellas fans de todos los tiempos. ¡El equipo de animadoras!

El público volvió a aplaudir y las chicas no dejaban de sonreír y sonrojarse. Entonces, Jason señaló a una de ellas. Era pelirroja, con flequillo, ojos azules almendrados y muy atractiva.

- Chrissy, te quiero, mi amor, dijo el capitán llevándose una mano al pecho y ella le mandó un beso al aire.

En ese momento, Jason se puso serio y retrocedió un par de pasos para respirar hondo y seguir hablando.

- Bueno, creo que hablo en nombre de todos cuando digo...que ha sido un mal año para Hawkins. Un año muy duro. Y os juro que no sé cuánto daño puede soportar una comunidad. En una época tan triste hace falta creer en algo. Por eso anoche, cuando perdíamos de 10 puntos contra la Academia Cristiana, miré a mi equipo y les dije: pensad en Jack, pensad en Melissa, pensad en Heather, pensad en Billy...

En ese momento, miré de reojo a mi amiga, a la cual se le habían humedecido los ojos, y sentí también la mirada de Lucas y de otros estudiantes clavándose en ella. La pobre quería que la tierra la tragase.

- Pensad en nuestro jefe de policía Jim Hopper - añadió Jason haciendo que todos le mirásemos sintiendo un horrible escozor en el pecho - Pensad en todos los amigos que murieron en aquel incendio. ¿Por qué murieron, eh? ¿Para que ahora perdamos contra una birria de escuela? - preguntó él y la gente respondió gritando "no" a coro - ¿Para que volvamos a casa derrotados y cabizbajos? ¡No! ¡Hay que ganar el partido por ellos y eso es justo lo que hicimos! ¡Humillamos a esos gallinas en su propia casa y esta noche, esta noche traeremos a casa el trofeo del campeonato!

Todo el mundo se volvió loco a aplaudir, excepto nosotros 4. Mike, Dustin y yo fruncimos el ceño en cuanto el capitán del equipo terminó de hablar. Algo no nos cuadraba en absoluto. Entonces, nos miramos mutuamente. No podíamos creernos lo que acababa de decir.

-¿Esta noche?, preguntó Mike recalcando lo que nos molestaba.

-¿Cómo es posible?, preguntó Dustin después.

- No entiendo, ¿por qué tiene que ser precisamente hoy?, pregunté yo en el mismo tono.

- Se llama torneo. Si ganas un partido, juegas el siguiente y así, hasta que solo queda uno, explicó Max.

Los 3 nos volvimos a mirar sin entender absolutamente nada. Lucas no nos había avisado de que esa noche volvía a jugar y teníamos un problema porque le habíamos prometido a Eddie que no faltaríamos a la batalla final del Fuego infernal. Ahora tendríamos que pedirle que la pospusiera, pero antes, habría que hablar con Lucas para ver si podía cambiar el día del partido.

Érase una vez en Hawkins - Stranger ThingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora