—Enserio. No se hubieran molestado. —Bucky torció una sonrisa a las dos chicas que estaban frente a él.
Una de ellas estaba casi tan roja como la cajita que extendía.
—No es molestia, Barnes. Por favor aceptalo —dijo quien tenía las manos libres.
Bucky no supo cómo seguir negando el presente. No las conocía, pero estaba seguro que eran de un año inferior.
—De acuerdo. Gracias. —Recibió el regalo e inclinó la mirara hacia ellas.
Se veían como si contuvieran la respiración. Bucky volvió sonreír, incrédulo.
Las adolescentes se miraron y cuando volvieron, tenían los ojos iluminados y sonrisa apretada. Sin decir más, se dieron vuelta y se alejaron con rapidez. Dejando a Bucky desconcertado. Más de lo que debería.
—¿Qué es esta vez? —dijo una voz detrás suyo.
Bucky conocía esa voz desde el inicio de la escuela media. Giro sobre sus talones y encontró a Natasha sonriéndo, su melena roja caía hacia los lados y apoyaba una mano sobre su delgada cintura.
—¿Un osito, un muñequito parecido a ti o una combinación de ambos?
Bucky puso los ojos en blanco, pero se echo a reír. Guardo la cajita en su mochila junto a los otros.
—¿Has venido a felicitarme antes de la clase de Literatura?
—No. —Nastaha miró indiferente hacia otro lado—. Solo pasaba por aquí.
Si Bucky no la conociera, no se le hubiera ocurrido decir lo siguiente:
—¿Patio de atrás?
Su amiga torció el labio, aun mirando hacia alguna parte, pero asintió y Bucky rio por lo bajo. Era seguro que el profesor Charles les dejaría un ensayo de mil palabras sobre la literatura inglesa durante el romanticismo.
Caminaron en silencio, Natasha con la mirada hacia el frente y Bucky asintiendo con una sonrisa a quien le saludaba por su cumpleaños. Llegaron al patio tracero, donde los alumnos solían reunirse para pasar el rato, sus árboles viejos y césped descuidado atraían de alguna manera. Se sentaron. Bucky observo el viento elevar el polvo y tiritó cuando caló sus mejillas, había dejado la chalina en su casillero.—Mi mamá saldrá este domingo —murmuró Natasha.
Bucky giró hacia su amiga con lentitud. Los ojos ensombrecidos de su amiga miraban alguna parte, a la vez que sus labios formaban una linea. Conocía esa expresión.
—Cómo —tanteó —. ¿Cómo te sientes?
Natasha se encogió de hombros, aun sin mirarlo.
—Yelenia y papá están muy contentos. Prepararan una cena e invitaron algunos familiares.
Yelenia era la hermana menor de Natasha, aún estaba en la escuela media.
—Genial, pero la pregunta era: ¿Cómo te sientes tú?
Ella suspiro. No lo miro ni hablo. Bucky imaginó una canción nueva y conocida a la vez, que apesar de estar en un idioma diferente podía entenderlo. Observo a su amiga y como el viento sacudía su cabello rojo. Comparo la escena con hace dos años, cuando lo tenía corto y su madre fué enviada a prisión. Bucky recordaba a la señora Romanov por su voz serena y formal al hablar; a diferencia de su esposo, nunca se sabía si hablaba en serio.
—Debería sentirme contenta —hablo Natasha a la nada—. Pero es como si fuera —dudó, y frunció el ceño—. Como la primera vez, cuando me dijeron que Yelenia y yo dejaríamos el orfanato e iríamos a vivir con ellos.
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Bucky & Steve
FanficBucky es popular, Steve invisible, y el cine es el universo que ambos adolecentes conocen. ★★★ Bucky es popular, un buen deportista e inteligente, todos lo quieren como amigo o novio. Steve a apesar de su apariencia de nerd solo es bueno dibujando...