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Un golpe en el hombro y ya había sido empujado contra los casilleros de metal. Cuando Steve reaccionó, las risas estaban sobre él. 

—Ja, Rogers, no te vi.

Steve se acomodó las gafas y observo a los tres brabucones del año. “Damas y caballeros”: Rumlow, el gigantón con sonrisa de imbécil; Stryker, que siempre se mostraba como si todos apestaran, aunque en realidad era este el que tenía un olor similar al drenaje; y finalmente… Steve no sabía el nombre el tercero, solo que era el remplazo de Schmidt. El matón que fue expulsado hace un año.
—Sería mejor que en lugar de ser invisible fueras trasparente— Rumlow acarreó, su voz parecía como si estuviera raspado una lija.

—No estoy para soportarte, Rumlow, es mejor que te apartes.

—¿Qué?

La sonrisa del matón se borró, y se acercó como un puma a una gacela. Pero Steve, lejos de sentirse como una presa, levanto mentón, arrugo la frente y apretó los puños de cada lado. Preparado. 

—Stryker ¿qué carajo haces aquí?

Los adolescentes giraron la cabeza al mismo tiempo, encontrando a un lobo rabioso o profesor Logan. Tenía un nombre más largo, cuyo misterio era parte de su vida. Solo se sabía que era de Canadá y odiaba a todo el mundo. 
—Vete a tu maldita clase, antes que agregue otra semana a tu cuenta —el profesor amenazo entre dientes —y todos ustedes ¡muévanse!

Los criminales escolares bufaron alejándose, sin no antes dirigirle una mirada de desdén a Steve. Cuando este volvió la mirada hacia el profesor Logan, lo vio rodando los ojos antes de darse vuelta y marcharse. Estaba seguro que al siguiente año sería su profesor de historia, pero no estaba seguro que fuera a ser su favorito como con el actual.
Steve suspiro resignado, aún faltaba minutos para la siguiente clase, se puso uno de sus auriculares para escuchar algo al azar, cuando de pronto los vio pasar.

El lado oscuro de la elite: Odinson, Zemo y Frost

Si Rumlow y compañía algún día formarían alguna banda criminal de sicariato, robo y secuestro, esos tres serían los futuros políticos o jefes de alguna organización malvada con olor a azufre. Pues cada que Steve los veía, se los imaginaba bailando sobre el fuego infernal.

Caminando como si el mundo les perteneciera, Loki Odinson, hermano menor de uno de los profesores de la escuela, sonreía mientras hablaba con elocuencia con Emma Frost, una niña rica que podía comprar la escuela si quería.  Lo cual hacia que Steve se preguntara qué demonios  hacia ella ahí, y porqué no se iba a una de esas escuelas escondidas en una isla. Lo mismo era con Helmut Zemo, que leía ignorando a sus amigos, se decía que era algo de la realeza en algún país, ficticio tal vez. Los tres eran falsos, traidores y astutos como cobras. El colegio entero parecía tener una especie de amor y odio con ese trio, aunque quizá lo que realmente sentían la mayoría era temor. Había escuchado como con solo palabras hacían llorar a muchos, y como con supuestas bromas, varios estudiantes hasta habían cambiado de escuela. Eso más que rumor era cierto, pues Peggy había sido una de sus víctimas.

Steve los odiaba. Si su mirada fuera como los rayos láser de Superman, quizá era necesario una banda sonora escalofriante. 

—Hola, Rogers.

Y entonces la banda sonora cambiaria a una con violines.

—Hola, Barnes —contesto cuando se encontró con la mirada azul metálico de su compañero.

Hubo una pausa de segundos, pero suficiente para que la cabeza de Steve se llenara de: “que no mencione el sábado, que no mencione mi huida, que no pregunte nada” pues él mismo había tachado esos pensamientos, todo el fin de semana, con una maratón del padrino y una terrible serie que encontró en internet. 

—Bueno, yo… —Barnes pareció dudar, y Steve estaba buscando escusas no muy creativas para dejarlo en visto— ¿Tienes algo que hacer después de clases?

—¿Qué? —y en su mente fueron con mayúsculas.

—Si estarás ocupado después de clases.

—No.

—¿Podemos salir algún lado?

—¿A dónde?

—Donde sea, no sé, ya se nos ocurrirá ¿Qué dices?

—Claro.

—¡Genial! Nos vemos, te espero en la puerta.

Con eso ultimo Barnes desapareció. Entonces, recién, solo recién, Steve se permitió pensar: ¿qué demonios fue eso?  Bueno, Barnes le había pedido que vayan a algún lado, pero ¿Por qué?

Steve caminó por los corredores abarrotado de alumnos y algunos profesores que pasaban y conversaban entre ellos, mientras él hablaba consigo mismo. Ninguna novedad. Una parte de su mente estaba tratando averiguar el significado de “donde sea”; otra estaba tranquila, pues Barnes no había mencionado nada sobre la fiesta ni su fuga; y otra, estaba en que si había resuelto bien la tarea de física. Entonces, más tarde, en la clase de matemática, mientras analizaba una de las ecuaciones, abrió sus ojos en par y se quedó petrificado cuando la respuesta se revelo: ¡una cita, Barnes me acaba de pedir una cita!














🌟🌟🌟🌟🌟🌟

Hay, Steve, eres toda una montaña rusa de emociones.

Que tal! Yo ... No tenía planeado sacar a los brabucones ni años chicos malos hasta la segunda parte, pero quise tantear terreno jejeje (no tiene nada que ver con lo de la serie de Loki, pura coincidencia 😏) tampoco es que voy a meterlos mucho, pos no es un drama telenovelero. Pero debían entrar a escena pues aunque sea algo cliché al final no lo es... Del todo 😈. Saludos! Abríguense, bueno en mi país hace mucho frío. Gracias por los votos! Que esta historia siga su curso es gracias también a ustedes, les dan vida a los personajes.

Bucky & SteveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora