Soy pobre, nunca me quejé de ello porque para mí yo lo tengo todo y no necesito nada más, pero este cuarto es del tamaño de mi apartamento.
Ethan me enseña su armario, pero no, no es un armario que conoces que ocupa una cuarta parte del cuarto, no, es simplemente un cuarto lleno de ropa, y en el centro una especie de mesa con múltiples cajones con relojes y corbatas.
No puedo creer que él tenga joyas hechas de diamantes de oro y yo apenas tengo los que son de cobre, pintados de oro.
Pero lo peor no se queda en eso, sino el baño, es enorme, tiene una tina y aparte está la ducha y muchos espejos. Yo apenas tengo un espejo, aunque Rogelio si tiene un espejo bastante grande que ocupa media pared.
Luego está la recámara que tiene un dibujo del mapamundi enorme en la pared que está al lado de la cama matrimonial, después de ello me indicó su lugar de estudio, cabe recalcar que tiene una computadora táctil y todo lo demás, pero tiene un celular último modelo.
Yo obtuve mi primer celular a los dieciséis años y era de los viejitos que solo sirven para llamar.
Nunca más volveré a comparar mi vida con el de un rico, en serio, me siento tan diminuta con todas las cosas que él recibe a su corta edad.
—¿Te gusta mi cuarto? —Ay dios, si así es el cuarto del hijo, ¿cómo será el de su padre?
—Está muy bonito y arreglado. —Creo que mi respuesta fue muy fría.
—No te gusta, ¿cierto? —¡Ay, no!
—No, no, no —me apresuré a decir. Sus cachetes y nariz se pusieron rojas y sus ojos se preparaban para llorar—. Me gusta, me encanta tu cuarto, lo que pasa es que yo no he visto un cuarto tan grande. Por lo que mi contestación no tenía emoción porque yo estaba en shock con tan majestuoso cuarto —me apresuré a decirle lo más rápido que pude mientras me agachaba y secaba sus lágrimas delicadamente con mis dedos.
—Entonces, si te encanta mi cuarto.
—Sí, por supuesto, en especial el dibujo del mapamundi.
—Yo le pedí a mi padre que lo pusiera cuando dijeron que se podía decorar mi habitación como yo quisiera. Aunque a mi padre no le agradó la idea de dibujar las paredes.
—Sí, es cierto, conociendo a tu padre tan pulcro y recto que es.
—¿Vas a jugar conmigo toda la tarde?
—Claro que sí, pero, ¿ya acabaste tus deberes?
—No tengo deberes, ya que entramos a las vacaciones.
—Cierto. Entonces, ¿qué vamos a jugar? —Ethan de pronto tomó el control y aplastando un botón, vi como aparecía de la pared un plasma.
Bien, esto puedo superarlo.
«Espera, eso es una PS4.»
—¿Qué juego quieres? Tengo: Call of Duty: WWII, Uncharted 4, Batman, Arkham Knight y NBA 2K18.
—Bueno, creo que jugaré al que más conozco, Call of Duty: WWII.
Después de haber jugado por más de dos horas en la PS4. Y como ya me dolían las posaderas de pasarla sentada nos pusimos a jugar juegos que no incluían tecnología, corrimos por toda la casa, bueno, mansión, después recibimos una hablada del jefe por estar corriendo en el pasillo.
Así que, para no seguir molestando al jefe supremo, nos fuimos al jardín, pero no, el jardín tampoco debía ser normal, con base en mí concierne, era enorme, eso ya era un bosque, lo único que faltaba era la piscina enorme y cuando le pregunté a Ethan en donde estaba la piscina, ya que siempre en una mansión hay eso. Él simplemente me dijo que está adentro de la casa. No puedo creerlo. De ahí me explicó que su padre lo hizo así para que no haya problemas de un posible accidente en la piscina.
ESTÁS LEYENDO
Soy la esposa de mi jefe ©
RomancePaula ve una escena nada agradable de su mejor amigo teniendo sexo con la novia de su jefe, en la oficina del último piso y para no meterse en problemas, se hace de la vista gorda dirigiéndose a su escritorio para retirar su celular, en su transcurs...