》CAPÍTULO 13《

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Ethan bajó al comedor con su pijama puesta, es la primera vez que me doy cuenta de que este niño no utiliza pijamas de dibujos, es tan neutro como su padre.

Bueno, la cena fue algo tranquila y silenciosa, lo único bueno era que Ethan se la pasó sonriendo y como su sonrisa contagia a todo el mundo, yo pude sonreír y dejar de sentirme como un bicho raro entre tantas cosas elegantes y grandes. Digo, quién necesita una mesa para más de veinte personas, habiendo menos de tres personas que coman en esta casa, para mí es una exageración y como en todo este lugar no debe faltar el candelabro en el techo. No sé si es porque soy paranoica o vi muchas películas, siento que en cualquier momento el candelabro del techo se caerá.

Debo de dejar de pensar en estas cosas, lo más importante aquí es cómo les diré a mis padres y hermanos que me voy a casar en menos de dos días.

—Paula, ¿vas a acurrucarme antes de irte? —No sé de qué estábamos hablando antes.

—Sí. Vamos. —Nos dirigimos a su cuarto en silencio. Mi jefe solo nos siguió con la mirada, hasta que ya estuvimos en las escaleras.

Son como las diez de la noche y Ethan se fue a dormir después de que le conté un cuento y prometiéndole que mañana pasaremos tiempo juntos, ya que no tiene clases y yo no iré a trabajar mañana, órdenes del supremo para que vaya a seguir preparando los asuntos de la boda.

Y ahora me encuentro otra vez frente a mi jefe en el pasillo del segundo piso de esta mansión.

—Paula, ¿te encuentras bien?

—¿Qué? Disculpé, pero no le puse atención, señor. —Me perdí de la conversación.

—Sí, ya me di cuenta. Le estaba preguntando cuándo les dijo a sus padres sobre la boda. —Mierda.

—Yo aún no le he comentado nada a mis padres. —Estoy muerta, mi madre va a matarme cuando se entere.

—Entonces, sus padres ya debieron enterarse por las cartas de invitación que se entregaron hoy. —Estoy jodida.

—¿Qué? —Me olvidé de ese pequeño detalle.

—Paula, deja de perderte en tus pensamientos y atiende la llamada que tu celular tiene un tono grotesco.

Pero si será un maldito, ¿qué tiene de malo el tono de mi celular? Solo es una canción de Burn It To The Ground de Nickelback. No veo nada grotesco en esto.

—¿Hola?

—¿Cómo es qué hoy he recibido hace más de diez minutos un pasaje de avión junto con una carta de invitación para tu boda que justamente es en dos días? —No me fijé de quién era la llamada.

—Hola mamá, ¿cómo estás?, yo también me encuentro bien, ¿cómo está mi padre y hermanos?

—¡Paula, no me vengas con tus sarcasmos que no tiene ningún sentido! ¡Explícame jovencita de que se trata todo esto! ¿Quién demonios es Alessandro Reyes? Tus hermanos me llamaron preguntando si esto era una mala broma y tu padre quiere hablar contigo de esto. —Sí que está enojada.

—Mamá, yo si te hablé de él, recuerdas, te dije que tenía un novio. —Soy buena para mentir en momentos críticos.

Eso fue lo único que dijiste cada vez que te preguntaba de tu vida romántica, no me contabas absolutamente nada más, solo sabía su nombre. Y ahora resulta que te vas a casar y no tuviste la delicadeza de llamar a tu familia y avisar que te ibas a casar con algunos meses de antelación, además jovencita, ¿un avión para toda la familia? Sabes lo caros que son en esta temporada.

—Ya lo sé madre. Mi novio fue quien envió todo para que vinieran a la ceremonia. —No tengo que ser un genio para saber de quién envió esos pasajes.

Soy la esposa de mi jefe ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora