》CAPÍTULO 17《

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—¿Qué? Ni lo sueñes, Paula.

—¡Oh! Claro que lo harás. Es lo mínimo que me debes o ¿te recuerdo quién me metió en este problemita "especial"?

—Bien, bien. Tú ganas. —Mi cara deslumbra una sonrisa de satisfacción.

—Paula, ¿vives con ellos? —Me olvidé de la presencia de Ethan.

Ya he dicho que soy muy despistada.

—Solo con Rogelio. —Le señalo cuya cosa rara dícese llamarse persona—. Él es su... amigo, Ethan. —¿Cómo le digo a un niño que es su "dizque a costón"?

Obviamente, aquí hay más que solo una aventura.

—¡Oh! —No logro descifrar su mirada, me hace acordar a las que a veces suele poner mi jefe— ¿Saben qué Paula será mi futura madre? —les preguntaba con orgullo a Rogelio y a Alan.

—¡Oh! Eso es genial, ¿y te agrada la idea? —le preguntó Alan.

Él sí que es muy tierno y lindo. Espero que Rogelio sepa valorarlo.

—Claro que sí. Paula, será una supermamá. —La sonrisa que transmitía me hacía sentir enamorada de este niño.

—Vaya, Paula. Sí que lograste que el niño te quiera y adore en muy poco tiempo —decía Rogelio mirando a Ethan y luego a mí—. Algo nuevo en ti.

—Ya cállate, Rogelio —dije rodando los ojos—. Bien, es hora de que nos vayamos, Ethan, o se nos hará tarde. —Me levanté y alcé a Ethan que se abrazó a mí como koala.

Saludé al par de hormonales y subí al ascensor cargando aún a Ethan.

Lo que dijo Ethan hace un rato, me dejo pensando, entonces si él no se acuerda de su madre y nunca la ha nombrado, ¿qué habrá pasado con ella?, y ¿qué le habrá dicho mi jefe respecto a ese asunto? Prefiero no preguntar, pero me carcome la curiosidad.

Paula, deja de pensar en eso o por tu curiosidad, acabarás metida en un lío y no estás en condiciones de sumarle otro a la cuenta.

Salgo del ascensor y me encamino al auto.

Pobre chófer, lo hice esperar un buen rato. Subo y dejo a Ethan sobre mi regazo donde él descansa su cabeza en mi pecho y con su dedito índice juega con mi pelo suelto.

Este niño me derrite, literal. Será mi maravillosa perdición.

—Señora, ¿a dónde la llevo? —Paula, deja de estar en tus pensamientos.

—Disculpe, al centro comercial, por favor.

—Como usted diga.

֍֍֍

Bien y ahora que se supone que debo hacer. Dios, tan difícil puede ser mi vida.

¡Joder!

—¿Y a dónde vamos, Paula? —Miro a Ethan que sostiene mi mano y realmente no sé qué decirle. Era algo relacionado con el bendito vestido, pero no recuerdo concretamente qué me dijo mi jefe.

—Ohm... creo que... —Soy interrumpida por mi celular. Me sigo preguntando cuando podré concluir una oración—, ¿Hola? —Me aparecía desconocido.

Paula, la señora Edna, me acaba de avisar que la esperes en el lugar de tiendas de novia, que llegará en cinco minutos.

—Bien, gracias por avisarme, señor.

—¿Ya estás en el centro comercial?

—Sí, señor. Ya estamos aquí. ¿Usted está en la empresa?

Soy la esposa de mi jefe ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora