Febrero. . .
Mis manos estaban sudorosas y mis dedos habían comenzado a doler de tanto apretarlos. Mis nervios se habían elevado en el trascurso del camino hacia el tribunal.
Era un día muy importante, ya que, se daría el veredicto de un larguísimo y duro juicio por la tutela de mi pequeño. Se definiría la gran decisión de si se quedaba con nosotros o se iba con Evelyn.
En esta ocasión, Alessandro tuvo que llegar más temprano, debido a que los citaron a ambos primero para un cuestionario individualmente.
Tuve toda la noche insomnio y no fui la única. Alessandro se pasó casi toda la noche al lado de Ethan como un sabueso.
Al llegar la prensa empezó a abarrotarse cerca del auto. Mientras Jeffrey rodeaba el coche para abrir mi puerta, tomé varias inhalaciones calmando mi ritmo cardíaco. No podía permitirme descompensarme en este momento, menos aún con dos bebés de cuatro meses y medio dependiendo de mí.
Jeffrey me ayudó a bajar y tratar de caminar rápido en medio de los empujones.
—Señora Paula, ¿cuál es su opinión de tal situación?
—Señora Reyes, ¿piensa que su embarazo puede perjudicar a su esposo en esta ocasión?
—Señorita Paula, ¿qué piensa el niño de esto?
Esto agota demasiado. No sé cómo Alessandro los puede tolerar. A pesar de que trató en lo posible de mantener el juicio en privado, siempre Evelyn tenía que hacer alguna nota.
Con esto de mi embarazo también tuve que dar alguna que otra nota corta para saciar la sed de las farándulas, aunque siempre omitía las preguntas relacionadas con este caso por respeto a mis seres queridos.
Al finalmente cerrarse las puertas detrás de mí suspiré pesadamente. Jeffrey se había quedado afuera, pero tenía a dos gigantes gorilas detrás de mí. Me senté en una banca porque mis pies se ponían como balones muy seguidos.
—Amor... —Alessandro apareció por el pasillo con una botella de agua en su mano.
—Ey... ¿Cómo va todo?
—Pues no se sabe mucho. No han dado muchos indicios. —Llegando a mí, besó mis labios.
—¿Falta mucho para que comience la sesión? —Se veía muy imponente al estar de pie vistiendo el traje.
—No, algunos minutos únicamente. ¿Ethan se quedó con Madeline?
—Sí, y Rogelio también se quiso quedar.
Asintió nada más, creí que no le gustaría mucho esa idea, pero al parecer ha comenzado a aceptar que Rogelio esté más seguido por la mansión.
—Se inicia la sesión para el caso del señor Alessandro Reyes y la señora Evelyn Adams —anunció un hombre cerca de donde estábamos.
Mientras Alessandro me ayudaba a levantarme, la presencia de Evelyn apareció ante nuestros ojos. Se veía muy refinada. Distinguiéndose de los demás. Ella y sus abogados pasaron primero y luego le seguimos nosotros.
Me acomodé detrás del lugar de Alessandro con uno de los gorilas a mi lado. No lo había notado hasta que sentí como una gran montaña a mi lado.
—Todos de pies ante el juez —vociferó el mismo hombre que nos llamó hace unos segundos.
Así lo hicimos todos allí hasta que entró y se posó sobre esa silla de cuero superior a todos nosotros.
—Doy inicio a la última sesión al caso por tutela del menor Ethan Reyes, único hijo del señor Alessandro Reyes y de la señora Evelyn Adams —dijo el juez golpeando su mazo—. Ya habiendo presentado las evidencias de ambas partes al jurado presente, procedo a dictaminar que es prueba suficiente para tomar una decisión y que el menor no sea sometido al estrado.
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Soy la esposa de mi jefe ©
RomancePaula ve una escena nada agradable de su mejor amigo teniendo sexo con la novia de su jefe, en la oficina del último piso y para no meterse en problemas, se hace de la vista gorda dirigiéndose a su escritorio para retirar su celular, en su transcurs...