Capítulo 42 - Tir'na

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 Cuando llegaron a la pequeña población entre Kirut y Piru, las dos aventureras iban acompañadas de Yzen y Rasguán. La luz del sol todavía iluminaba con claridad la enorme pradera donde aquel pueblo había sido alzado y una extraña tranquilidad invadió a los cuatro viajeros a medida que se adentraban...

Tir'na era una antigua avanzadilla de Kirut. Entre sus calles todavía se podían ver empalizadas y puestos de roca elemental que habían sucumbido al paso del tiempo... Poco a poco se había convertido en un puesto mercante que servía de punto intermedio para Kirut, Piru y Lorm, al centro de la nación. Y, sin embargo, aunque todavía faltaban horas para el anochecer, no había señal alguna de mercaderes o aldeanos entre sus calles.

—Por todos los elementales, ¿quién se ha muerto? —comentó Alina—. La última vez que estuve aquí apenas podía caminar por la gente.

—Deben haber llegado noticias del gólem, ¿habrá llegado a Piru? —se preguntó Izun, mientras observaba los recovecos de las calles y las casas que los formaban, hechas enteramente de madera para aislarlas del frío que invadía aquella región durante el invierno.

—Si vosotras tenéis información de esa criatura viniendo de Kirut, no me extrañaría que aquí ya se hayan empezado a esconder de ella. —Comentó Yzen mientras dirigía sus pasos hasta una plaza de piedra al final del sendero, sin dejar que su joven acompañante se alejara demasiado...

Pero antes de adentrarse en el amplio espacio en medio del pueblo, el grupo vio una docena de soldados con atuendos amarillos y el símbolo de un oso gris cosido sobre los mismos.

—Alto, en nombre de Yltamer. —Dijo el único que portaba una capa del mismo color de las telas apegadas a sus armaduras.

Tanto Izun como Alina maldijeron para sus adentros. Encontrarse con los soldados del rey era lo último que deseaban en ese momento, mantener su cometido al margen de los guerreros del monarca era su prioridad para actuar en Piru...

—Buenas tardes, señores. —Saludó Yzen sin una pizca de nerviosismo—. ¿Qué podemos hacer por vosotros?

—Su majestad ha ordenado la completa evacuación de esta región, debéis ir a Mareni, al sureste. —Dijo el capitán, con la rigidez de una roca.

—Lo lamento, pero tenemos asuntos en Piru. —Replicó el elementalista.

—Al norte espera el Gólem Elemental, cualquier asunto que pudierais tener allí ha sido cancelado. No os puedo dejar pasar. —Contestó el hombre.

—Mi asunto es el Gólem Elemental, capitán.

—¿Cómo os llamáis?

—Yzen. —Los soldados comenzaron a murmurar detrás al escuchar el nombre del norteño.

—¿Yzen? ¿El Elementalista de Agua...? —se atrevió a preguntar.

—Sí. Este es mi pupilo y mis dos compañeras. —Señaló a sus acompañantes—. Todos tenemos asuntos con el gólem al norte. —Repitió.

El capitán de Asgun titubeó durante unos segundos y finalmente dejó escapar un suspiro a través del ominoso casco metálico.

—Tened cuidado. —Dijo finalmente e hizo una señal a sus hombres para que abrieran el paso a los cuatro aventureros—. Erik Olfen espera cerca de Piru, su majestad lo ha enviado expresamente para lidiar con este asunto... Si sois quién decís ser, tu presencia será bien recibida.

—Gracias, capitán. —Hizo un gentil gesto con la cabeza, antes de seguir su camino por las calles del pueblo vacío.

El silencio rodeó a los cuatro durante varios segundos, hasta que finalmente Alina no pudo evitar preguntar.

Crónicas de Viltarión I ‧ Canción de Piedra y HierroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora