Apéndice

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Parajes de Edaur

Escritos del erudito de Asgun

Ambersilión y el desierto de Bilfgar

La cordillera al suroeste de nuestra gran nación sirve de frontera para el centro de Edaur. Al sur se encuentran las pequeñas naciones de Tander e Hilgar, al este Asgun y al oeste el vasto desierto de Bilfgar, donde pocos osan aventurarse...

Aquellos que se atreven a cruzar Ambersilión Norte para alcanzar las abrasadoras estepas cuentan historias de nómadas con piel azul y máscaras tan oscuras como la ceniza, que emplean la arena del desierto para ahogar a cualquier desconocido que se atreva a pisar estas misteriosas tierras... Los únicos que han logrado sobrevivir a estos traumáticos encuentros lo han hecho cerca de Amber, la solitaria población al centro del desierto. Hombres y mujeres repiten a menudo entre delirios el nombre del ominoso grupo que habita las dunas de Bilfgar: «Los Escorpiones de Polvo»

Cordillera de Ylimer

Las montañas al sur de Edaur separan la agresiva nación elementalista de Tirfen y el Reino de la Doncella.

Después de que Jinos, el sexto sultán de Tirfen comenzara la tercera guerra elemental hace casi tres décadas, los espectros dorados; una organización de materializantes que habitaban el Reino de la Doncella empleó el irregular terreno montañoso para esconderse de sus guerreros. Su conocimiento del vasto lugar sirvió para repeler a los Cultistas del Sol y al Gólem Elemental. Esto resultó en la extinción de la organización, pero no sin lograr antes suficientes bajas en las fuerzas enemigas para evitar que cruzaran Ylimer.

Su sacrificio es considerado por la pequeña nación al este de la cordillera como uno de los mayores actos de heroísmo.

Cada año se celebra una enorme fogata en honor a los caídos en Ebalor, la capital del reino. Esta celebración tiene varios nombres, pero los más conocidos son «El Gran Resplandor» y «El Fuego de la Doncella».

Los planos de las seis serpientes

Cerca del bosque Boreo, kilómetros hacia el interior de Grimalor, existe una vasta pradera montañosa repleta de árboles sin ríos. A pesar de su norteña posición jamás nieva ni llueve, muchos dicen que estas tierras pertenecen a elementales olvidados. Los primeros ejércitos de nuestros antepasados en Asgun aprendieron rápido que cruzar los extraños planos probaría costoso para nuestras fuerzas, cualquier guerrero que entrara ahí, elementalista o materializante desaparecía sin dejar rastro alguno, sin importar el número de soldados que formaran el pelotón o la habilidad que estos tuviesen.

Los habitantes más cercanos cuentan historias de reptiles capaces de engullir medio ganado en solo una noche, historias de sonidos que despertarían a los elementales y visiones de sombras gigantescas.

Ningún aventurero que haya explorado estas tierras ha regresado para verificar estas afirmaciones.

Nuzxo

Al extremo oeste del vasto desierto de Talasea se encuentra la nación maldita de Nuzxo, el reino más recóndito de Edaur, entre las montañas de Kizxu y la gigantesca jungla de Arafastea.

Los pocos supervivientes que han logrado resistir el frío abrazo de las enfermedades de la selva y los horribles ritos de canibalismo en los que sus extraños habitantes participan, cuentan historias de gente mitad hombre mitad animal, liderados por una mujer de estatura descomunal que usa como máscara el rostro de una pantera, conocida por sus plebeyos salvajes como Fobiza.

Aquí las ciudades de piedra y planta están plagadas de aventureros y gente de cualquier nación. Los prisioneros son encerrados desnudos en jaulas de caña y arcilla mientras esperan a su final y observan a los habitantes devorar a sus compañeros todavía con vida.

Crónicas de Viltarión I ‧ Canción de Piedra y HierroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora