Capítulo 14 - Pitera

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 Ulenna se encontraba ante el Banco de Jade, donde Bahir le había indicado de madrugada que se encontraría con ella para llevarla al Bastión Plateado.

A pesar de su amplia experiencia en situaciones similares, los nervios la carcomían por dentro. Pues sabía perfectamente que la solicitud del viejo noble podría ser considerada una clara traición por el sultán y sus fanáticos.

—Siempre a tiempo. —Escuchó la voz del banquero emerger de la entrada, sin aparentar nervio alguno.

—Quiero hacer esto cuanto antes, no me retrasaría un solo minuto. —Saludó la hechicera del viento, ansiosa por terminar con esa espera que tanto la incomodaba.

—Ese estrés acabará contigo. —Bromeó Bahir y pareció sonreir bajó su máscara—. Vamos, están a punto de hacer el relevo de la mañana, nos conviene hablar con soldados cansados. —Comenzó a caminar.

Las calles que llevaban hasta la formidable base de operaciones del sultán rebosaban con vida a las frescas horas de la madrugada, hecho que beneficiaba a los dos importantes personajes para pasar desapercibidos hasta llegar al bastión, donde estaba encerrada la joven materializante que Bahir había mencionado.

El gigantesco edificio siempre había colmado el corazón de la médica de un extraño y ominoso sentimiento. Sabía perfectamente que allí se habían tomado incontables acciones que habían afectado negativamente a su organización y la nación que tanto amaba, y que lamentablemente como muchos otros en Tirfen, no podía opinar sobre ellas.

—¿Dijiste que Riún estaba aquí ayer? —preguntó Ulenna.

—Sí, pero no hay que preocuparse de ella. Tan pronto terminamos la reunión partió hacia el norte. —Bahir divisó el mismo pelotón que lo había interceptado, y como el día anterior, también estaban ante la formidable entrada de granito—. No digas nada, yo me ocuparé de contestar a sus preguntas. —Agregó.

—Noble Bahir. —El capitán hizo una ligera reverencia, sin preocuparse por ocultar el cansancio que había acumulado en su tono de voz —. ¿Vienes a hablar con Binos?

—Sé que a estas horas él todavía sigue en sus alcobas; hoy vengo para llevarla a ella hasta las celdas. Uno de los prisioneros más... Privilegiados necesita de sus servicios. —Explicó mientras hacía un gesto a Ulenna.

—Ah... —El centinela comprendió sin necesidad de palabras—. Pasad, Filger está guardando las celdas ahora, supongo que no debo guiaros hasta él, ¿no?

—Nos apañaremos solos, gracias. —El banquero le hizo una señal a su compañera y se introdujeron al Bastión Plateado y sus enmarañados corredores.

—No sabía que tenías hombres bajo tu mando dentro del bastión... —Comentó la hechicera del viento una vez estuvieron los dos solos por los ostentosos pasillos adentro.

—Perspicaz como siempre, pero no es ninguna sorpresa para los miembros del concilio, ni debería serlo para las personas que me conocen. El Banco de Jade financia mucho dentro y fuera de Tirfen, y dados los tiempos que corren... Con sultanes como Binos alrededor, no me sentiría cómodo sin guerreros que me obedezcan cerca.

—¿Cerca de ti o cerca de él? —se atrevió a preguntar Ulenna.

—Un poco de las dos...

—Tú y tus garantías, ¿eh? —dijo la elementalista.

—Por supuesto. Yo y mis antiguos maestros hemos llegado hasta aquí gracias a ellas. —Contestó—. Vamos, te mostraré por qué no es sabio albergar ese estrés que puedo notar en ti desde que nos hemos encontrado hoy.

Crónicas de Viltarión I ‧ Canción de Piedra y HierroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora