volver.

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Amar y ser amado, una correspondencia tan apacible donde seguramente encuentras el descanso para tu cuerpo y alma, tan cansados del diario vivir con la muerte esperando en cada esquina, en cualquier lugar. El hombre alto avanzó con firmeza hacia los vehículos de los bomberos muertos y fríos, tirados en las esquinas de la base.

Pensaba, en un momento tan crítico, si el chico de cabello castaño que estaba en el mercado aún quería su presencia cerca, dudaba si de algún modo todavía podría verlo sonreír... No era su culpa pensar en él a menudo, despues de todo el único causante de que el mundo tuviera color era fluke, en algún momento de su vida estuvo sujeto a diversos amores, pero ninguno era tan puro y sincero como el que sentía por el chico que tal vez seguía esperándolo donde lo había visto antes de salir.

A paso sigiloso, se acercó al vehículo del bombero fallecido cuyo cadáver aún seguía moviéndose en la cabina atorado con el cinturón de seguridad. El enfermo emitía gritos roncos, como si se estuviese ahogando, Ohm lo tomó del cuello desde la ventana con suma habilidad, como queriendo matarlo por segunda vez, de cierto modo estaba intrigado y enojado consigo mismo por no saber lo que había hecho mal para que fluke lo evitará de ese modo y tal vez quería desahogarse de cierta manera así. Después de apretar con furia el cuello del infectado procedió a abrir la puerta y apuntar con su arma en la cabeza del enfermo, después tiró del gatillo y lo acabó.

—cuidado Ohm!— seguido de un disparo cerca de su pie.

Volteó su mirada, y un enfermo se había arrastrado por debajo del camión y estuvo a punto de morderlo, pero Gulf le disparó al infectado antes de que este pudiera cumplir su objetivo.

—gracias, te debo una — dijo sacando al muerto de la cabina del vehículo.

El otro asintió y siguió verificando los autos, Mew estaba con el chico y la niña, del lado de los materiales de emergencia que solían usar los bomberos para apagar el fuego, aunque evidentemente, cuando el gas tóxico y el virus se esparció no habían podido hacer nada más que salir corriendo o... Suicidarse, como se podía ver en casi cada dos metros, cuerpos fríos y sin vida, tirados con algunos disparó en la cabeza.

—No mires pequeña — el hombre que hiba con ellos alzó a la niña.

—nos comimos a mamá..., Creo que no es diferente de esto— con tristeza recordó.

—es horrible— seguido de escupir al suelo— hemos estado corriendo por todas partes, huyendo tan de prisa que ni siquiera se sus nombres, ¿puedes decirme como te llamas?— le preguntó Mew.

—soy Mika, y tengo seis años, mi hermano se llama...

—Ken, así me llamo— interrumpió el dueño del nombre.

Siguieron mirando el lugar, pasillos y pasillos de la estación de bomberos, Mew dejó a la niña con su hermano y entró a una habitación donde desde la ventana se veían algunos extintores pegados a la pared.

Abrió la puerta, y del otro lado salió un hombre y se le puso de frente, casi saltando sobre él...

—Me asustaste! creí que eras un infectado!— hizo un gesto de inconformidad.

—tranquilo, sólo soy yo — sonrió Gulf— ¿huelo a muerto?

El otro sólo río y siguió despegando algunos extintores de la pared, hachas y más utilería para el camino, nunca se sabe cuando se tendrá que utilizar un palo de madera para quebrar la cabeza de un errante.

Estaban a punto de salir de la habitación, cuando Gulf sintió la mano de Mew sobre la suya..

—que haces..?

Zombie (OhmFluke)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora