Zombie (OhmFluke)

inesperado encuentro

Mientras el automóvil avanzaba, el niño despertó con mucho miedo y comenzó a temblar.

-tranquilo, estás a salvó, no somos monstruos - lo tranquilizó Gulf.

-vas a estar bien - habló el conductor.

Le hicieron algunas preguntas, y el pequeño dijo que la única que tenía era a su madre, pero había muerto días atrás durante el parto cuando un infectado llegó a interrumpir.

Aquella era una lamentable historia.

Mientras tanto, el bebé estaba llorando porque tenía hambre.

-no tenemos más, solo un poco de agua y....algunas golosinas- informó Off.

Aún así, el niño comió todo lo que los tipos extraños le dieron.

Afortunadamente eran buenas personas.

El que se hubiera encontrado con ellos, había sido una gran fortuna.

No obstante, nadie había visto la mordida que el niño traía en la espalda...

Tras conducir durante horas, cayó la noche, haciendo todo oscuro a su paso.

Así que bajaron de la camioneta, y era la hora de la fogata.

Gulf fue al lado de Mew y se sentó junto a él. El mayor sostenía al bebé en sus brazos y lo arrullaba para que no llorara, pues su ruido atraía a los muertos.

El fuego frente a ellos les daba luz, lo suficiente para ver sus rostros cansados.

El menor sentado al lado de Mew, puso su mano en el suelo para ponerse de pie e ir al vehículo, cuando de pronto, algo se pegó a su piel.

-¿Arena?- se extrañó.

Off pasó su mano en el suelo y, lo que se quedó adherida a ella fueron granos de polvo...

- debió ser por las tormentas, pudo venir de la playa- comentó Mew.

-lo dudo- dijo el otro aún sentado.

Mientras tanto, en otro tramo de la carretera, en el techo de un hotel abandonado, Ohm tenía a fluke sentado en sus piernas.

Le dejaba besos pequeños en el cuello, y acariciaba embelesado a su novio encantador. Lo abrazó, deseando que jamás se fuera de su lado.

Podía soportar cualquier cosa, menos estar separado de fluke.

-fui un cobarde. Lo siento- decía Ohm- debí decirte cuánto te amaba desde hace tiempo. Siempre...has sido lo que más amo.

-eso no importa, éste es el presente, y... estoy feliz de saber eso.- sonrió para él.

Su amor no se limitaba a lo terrenal, o a lo pasajero, si no a lo invisible y eterno.

Algo que no se explica con palabras, sino en un lenguaje propio, en el idioma del amor.

Lo enredó entre sus cálidos brazos y se quedaron sentados en aquel techo, dónde en el cielo las estrellas de la noche se veían tan refulgentes...

Earth y las dos chicas estaban en una habitación, dormían mientras sus dos amigos hacían guardia.

Eran las tres de la mañana, y el viento sopló desde el oeste.

Pero traía polvo consigo. Pequeños granos de tierra árida.

Cuando amaneció, todo tenía un color amarillento...

Mew, Gulf y Off, junto a los dos pequeños, despertaron. El conductor abrió la puerta y salió afuera.

Ante lo cual se sorprendió de que la camioneta estuviera cubierta de polvo.