『STILL AS EVER: NEVER ENOUGH ║ Tom Riddle』 》Precuela

Capítulo 44 ~ Highway to hell

Se había acabado.

Por más intentos de mantener discreto el E.D, no funcionó, la vieja encontró otra vía para descubrirles y había lanzado un Bombarda hacia la sala de menesteres. La sala había comenzado a retumbar y uno de los muros se estaba quebrando poco a poco, por lo que Nigel, Harry y Vianey se acercaron un poco.

ㅡHaré esto rápidamente ㅡalcanzó a escuchar que decía Umbridge.

ㅡAtrás... ㅡmurmuró Vianey alejando un poco a Harry-. ¡Para atrás! 

Draco escuchó desde el otro lado de la pared el grito de la rubia, por lo que intentó intervenir sin éxito alguno, puesto que Umbridge había lanzado el bombarda máxima en dirección a la sala. Vianey alcanzó a cubrir con su cuerpo a Nigel, recibiendo el primer impacto de la explosión que la tiró al suelo, golpeándola con algunos de los escombros.

La primera imagen que recibieron los estudiantes de Slytherin fue el del cuerpo de la rubia en el suelo, Draco se acercó corriendo hasta ella y la tomó entre sus brazos, notando que su frente y su nariz tenían algo de sangre; el chico subió la mirada hasta la sapo rosa descubriendo, cruelmente, la mirada y la sonrisa de satisfacción que se posaban en el rostro de la mujer. Un quejido lo obligó a voltear nuevamente, descubriendo a Vianey colocando su mano en uno de sus oídos; la chica había quedado con trauma acústico debido a la explosión y se quejaba en contra del pitido que escuchó por largos segundos.

ㅡHmm, sigue consciente ㅡmurmuró Umbridge antes de darle la orden a la brigada de llevarse a los integrantes del ejército. Los ojos de Hermione se posaron pronto en Goyle, quien sostenía a Cho Chang demostrando que esta los había delatado junto con Marietta Edgecombe-. ¿A dónde vas, querido Draco?

ㅡV-voy... ㅡMalfoy cargaba a Vianey mientras la chica rodeaba el cuello de éste con sus brazos, por lo que Umbridge los miraba con intensidad-. L-la llevaré a enfermería, está herida.

ㅡYo la veo perfectamente como para que la lleve a mi despacho.

ㅡPero...

ㅡSin peros, Draquito. A mi despacho ㅡDolores sostenía firmemente con ambas manos su varita, el resto del E.D y de la brigada tenía los ojos puestos en el rubio.

ㅡ¡Está herida! ㅡgritó Draco sintiendo que su paciencia desaparecía, se estaba desesperando por el hecho de ver correr la sangre de Vianey por su rostro-. ¡Por amor a todo lo bueno, necesita que la revisen! ¡¿No ve acaso que está sangrando?!

Sin esperar una respuesta, Malfoy comenzó a correr por el pasillo llevando a la rubia hasta la enfermería; donde entró sin avisar y recostó a la chica en una de las camillas. El príncipe de las serpientes se sentía bastante agitado y no tardó en suplicarle a Madame Pomfrey que la salvara.

ㅡSeñor Malfoy, no está en riesgo de muerte. Cálmese.

ㅡPero está sangrando ㅡsollozó el chico-. Si ella muere, me muero yo también.

ㅡ¡Por un demonio, Prince! ㅡdijo por fin Vianey, quien ya se había recuperado del trauma acústico y podía escuchar a la perfección el llanto del rubio-. Pardonne-lui, Madame Pomfrey, el pobre suele ser así de exagerado la gran mayoría de las veces.

Vianey permaneció recostada unos momentos, Pomfrey le había administrado algunas pociones preventivas y le había detenido las pequeñas hemorragias. Draco estaba sentado en la orilla de la cama sosteniendo una bolsa de hielo en la frente de la hippie, la miraba todavía con ojos de cachorrito y un puchero se posaba en sus labios para intentar reprimir los pequeños sollozos que aún amenazaban con salir.

ㅡPrince...

ㅡ¡Lo siento tanto! ㅡMalfoy no pudo seguir aguantando y se lanzó sobre la chica para abrazarla y ponerse a llorar nuevamente-. ¡Nunca debí meterme a la brigada ni tampoco debí exponerte a tantos riesgos!