『STILL AS EVER: NEVER ENOUGH ║ Tom Riddle』 》Precuela

Capítulo 11 ∮ ~ Hide in yourself

Agosto, 1940.

Apenas escuchó sus pasos cerca, una de las mujeres que trabajaba en aquel lugar apagó la radio que informaba sobre los bombardeos alemanes en el Canal de La Mancha; ella alzó la mirada para ver pasar a aquel muchacho solitario de pálidas mejillas y cabello negro.

Suspiró. Aquel chico de casi catorce años era extraño, pero al mismo tiempo era uno más del orfanato y, según la norma, no debía enterarse de lo que estaba ocurriendo en la Guerra. Pero a aquel chico no le interesaban los bombardeos en el Canal de La Mancha, a él sólo le importaba regresar luego a Hogwarts para descansar de los muggles que le rodeaban.

ㅡ¡Niños! ㅡhabló la Sra. Cole en el almuerzo-. Hoy tendremos una tarde especial, ya que se nos ha otorgado la posibilidad de que ustedes vean una película en el teatro.

Distracción, eso era lo que buscaban con aquella película; querían distraer a los niños sobre las noticias de la Guerra y mantenerlos a salvo, por lo que los llevaron a ver el estreno reciente más aclamado: Gone With The Wind.
Tom tuvo que asistir de manera obligatoria al igual que siempre, no le permitieron quedarse en su cuarto; así que el chico buscó uno de los asientos del rincón final para acomodarse. No le interesaba en absoluto la película, pero no pudo evitar prestar atención en ciertas escenas; podría decirse, incluso, que al chico le agradaron las actitudes de los protagonistas, a los cuales consideraba dignos de Slytherin por su orgullo, sus ambiciones.

ㅡAish... ㅡbufó el pelinegro por lo bajo, al intentar eliminar la pizca de empatía que estaba sintiendo con el protagonista ya cerca del final.

En la noche, Tom se encerró en su cuarto con Nagini y tomó un libro, quería olvidar aquellos momentos cursis o dramáticos de la película, de los cuales su serpiente se enteró cuando le preguntó sobre ésta.
Riddle estuvo hasta la medianoche leyendo, fue a esa hora en la que se levantó un poco para estirar su cuerpo y sintió a lo lejos unas sirenas.

ㅡ¿Qué es eso? ㅡmurmuró con fastidio el chico, si esas sirenas pretendían sonar toda la miserable noche no lo iba a soportar-. ¿Tienes alguna idea?

Nagini simplemente trepó por el pelinegro para esconderse entre su ropa, a lo lejos se sentían explosiones y que el suelo se removía; Tom subió su mirada hacia el techo y vio que la lámpara se movía de un lado a otro ligeramente, sintió unos pasos apurados por los pasillos y luego un estruendo más cercano que retumbó en los oídos del chico.

"La Muerte está cerca" le recordó su mente en aquel momento, Riddle simplemente intentó abrir la puerta de su cuarto mientras oía que al otro lado los demás corrían para llegar al refugio, pero ésta estaba trancada, de seguro el malnacido de Billy Stubbs trabó la puerta poniéndole llave o algo así.

Otra bomba sonó cerca, provocando que el rostro de Tom palideciera y buscara con desesperación su varita, su mente no paraba de pensar en la posibilidad de morir aquella noche en Londres.

ㅡ¡Por Salazar! ㅡgritó el chico y pasó sus manos por su cabello, encontró la varita escondida en su armario; había olvidado que la tenía allí. Tom estaba casi al borde de un colapso, sentía el frío aliento de la muerte en su nuca, provocando que su cuerpo temblara del terror; a duras penas levantó su mano oscilante-. ¡A-Alohomora!

"Corre..."
Sintió una voz suave y femenina que le habló en su mente, una voz que, en aquellos momentos, rogaba por que fuera su salvación.
La puerta logró abrirse en el momento exacto en que comenzó a sentir el ruido agudo de otra bomba cayendo, Riddle comenzó a correr a través de los pasillos en busca de la salida al refugio; cuando salió al patio se sintió el nuevo estruendo cercano provocando que el chico cayera y, por la adrenalina, se levantara en menos de un segundo para llegar al refugio. Golpeó la puerta intentando parecer lo más calmado posible, una de las mujeres que trabajaba en el orfanato le abrió y se sorprendió de verlo allí tan impasible, como si no hubiese sucedido nada.
Tom entró al refugio con su cabeza en alto, nadie se enteraría jamás de lo ocurrido dentro del orfanato ni demostraría su debilidad ante esos asquerosos muggles. El chico caminó hasta el fondo, aislándose del resto y dedicándoles una mirada tan fría que ni el mismo Hitler daría; se sentó en el suelo y se aseguró de esconder a Nagini para que no la encontraran ni la mataran.

Los bombardeos aún se sentían afuera, pero ya no era tanto el riesgo al ser un búnker; el pelinegro ya se encontraba más calmado al saber que estaba a salvo. Cerró sus ojos y apoyó su cabeza en el muro, pensaba en la voz que sintió antes de huir de su habitación.

ㅡ¿Tom? ㅡescuchó el chico a su alrededor, haciéndolo voltear y mirar a todos lados-. No te asustes.

ㅡ¿Y tú quién eres?

ㅡNo puedo darte un nombre todavía.

ㅡNo logro ver nada, está todo oscuro ㅡbufó Tom colocando su típica expresión de desagrado.

ㅡTampoco puedes verme aún, pero tienes que saber que cuando estés en peligro y te sientas solo a causa de eso, yo estaré aquí...

ㅡ¿Cómo sé que puedo confiar en tí? Además pierdes tu tiempo, no necesito a nadie ㅡRiddle se cruzó de brazos resignándose a la oscuridad del lugar.

ㅡConfiaste en mí cuando te dije que corrieras, lograste escucharme y acataste ㅡ"La voz" soltó una pequeña risa que le entregó paz al pelinegro-. No te dejaré solo, Tom, te lo prometo...

Tom abrió sus ojos y logró visualizar a casi todos durmiendo con velas y lámparas de aceite, nadie quería estar a oscuras en aquella noche; el chico desvió su mirada hasta donde estaba Nagini enroscada, dormía como si no sucediera nada, como si no hubiesen estado a punto de morir dentro del orfanato. Riddle fijó también su vista hacia Billy Stubbs, quien dormía en el rincón del otro extremo del refugio, aquel chico lo molestaba cada vez que podía desde que sucedió el incidente con su conejo antes de descubrir que era un mago; las ganas de Tom de lanzarle alguna maldición imperdonable eran inmensas, pero no podía arriesgarse a que lo expulsaran del único lugar en el que se sentía bien: Hogwarts.

Lanzó un suspiro y se acomodó en el suelo para volver a dormir, esperaba esta vez no volver a soñar con "La voz", sentía que no la necesitaba, pero al mismo tiempo le causaba algo de curiosidad; en el fondo esperaba resolver sus dudas respecto a ella.