Capítulo 26 ∮ ~ The Great Pretender

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Año 1942

Los estudiantes se encontraban ya a mitad de su período académico y el frío azotaba a Hogwarts en aquellos días. Sin embargo, aquello no era un impedimento para cierto par de Hufflepuffs a la hora de divertirse, y es que Venus desde hacía un buen tiempo que venía maquinando un plan: Iba a vestir a James como toda una mujer.

James Litwise había estado todo el día ocupado en diferentes asuntos escolares, planeaba terminar el año con calificaciones que fuesen aceptables y, así, llevarles alguna dicha a sus padres; los cuales ya bastante tenían con la granja y con su hijo mayor en el ejército. El castaño había estado toda la tarde de ese día estudiando en la biblioteca, aunque tenía ciertas distracciones desde una mesa a unos metros más allá.
Tom Riddle se encontraba en aquella mesa leyendo con tranquilidad uno de sus grandes libros, el Hufflepuff rodó los ojos al verlo tan tranquilo; si había algo que le incomodaba era ese Slytherin de aura tan oscura.

—La cara de Riddle no entra en la materia de los exámenes —dijo una voz en su oído haciéndolo sobresaltar.

—Hija de tu grandísima madre —murmuró Litwise al ver a la pelirrosada sentada a su lado.

—Perrísima querrás decir.

Venus se ocultó un poco entre el brazo y la espalda de su amigo para encender un cigarro que éste le había conseguido con sus contactos por correo mágico. Al salir de allí, apoyó su cabeza en el hombro del castaño y se quedó observando a Riddle por unos momentos.

—Ese chico... —dijo antes de aspirar un poco del cigarro-. Creo que le falta algo, tal vez sexo... ¡Sí! Definitivamente le falta fornicar un par de veces para que se le quite un poco la amargura.

James comenzó a reír.

—Mis condolencias por aquella mujer que pueda soportar a semejante acidez en persona.

—Créeme que en algún momento haré un ritual en el Lago Negro e invocaré a un súcubo que le haga compañía, verás cómo baja la tensión en el ambiente.

—Inclúyeme en ese ritual, Vee, estoy dispuesto a sentarme frente a ti con un pentagrama satánico con tal de que eso suceda.

Pronto aquellas risas burlescas fueron apagadas por la bibliotecaria, quien aclaró su garganta haciéndolos voltear a ambos para toparse con aquella mujer de aspecto siniestro.

—No se puede fumar en la Biblioteca.

—Vi a un chico de Gryffindor fumando un puro justo allá —señaló Vee antes de apagar el cigarro.

—Pero yo le estoy hablando a usted, señorita.

—¿Por qué? Cuánto le apuesto a que si yo fuera hombre no me reclamaría.

La bibliotecaria claramente le enviaba imperdonables con su mirada a la metamorfomaga, no podía creer que una señorita se comportara de tal manera en sociedad. Sin embargo, a Venus no le afectaba para nada el pensamiento de la bibliotecaria sobre su persona; si había algo que había aprendido en esos años era el constuir su propia personalidad sin regirse por los estigmas de la sociedad.

Venus salió de la biblioteca con James del brazo, el cual, a regañadientes, dejó el libro y la acompañó por el castillo. Según el horario, les tocaba pociones con Slytherin en unos momentos más y debían encaminarse a las mazmorras para poder llegar a tiempo; lo bueno de ese lugar era que si Slughorn pasaba por allí en dirección al salón, no regañaría en absoluto a la metamorfomaga si se le ocurría fumar.

Ambos chicos ingresaron al aula topándose de lleno con Tom Riddle, quien se encontraba conversando con el Profesor Slughorn. James tomó el brazo de Venus y la atrajo hacia él.

『STILL AS EVER: NEVER ENOUGH ║ Tom Riddle』 》PrecuelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora